Adan de Abajo

Desde la antiguedad los alquimistas intuían la presencia del OTRO YO, nombrándolo Adán de Abajo. El psicoanálisis más tarde lo bautizaría como Inconsciente.

domingo, 30 de enero de 2011

DRAGÓN INTERIOR
 
De hecho no tienen que sacrificar
lo que imaginan tener,
y en realidad no poseen nada
en lo más mínimo.
 
(G. GURDJIEFF)
 
A mis perras: Gris y Lola.
A mis gatos.
 
 
 
1
 
En el medioevo lo satanizaron, se le asoció a fuerzas malignas y oscuras. Se le persiguió y temió hasta mitificarlo.
 
Al mismo Demonio, al plasmar su imagen en grabados y vitrales, se le adjudicaron variadas características y propiedades suyas: alas de pterodáctilo, sáuricas garras afiladas y curveas, cuerpo y rasgos herpentinos en general. Capacidad de interacturar y manejar el fuego. De ahí la generalización del temor hacia las serpientes y cocodrilos que trasciende hasta nuestros días.
 
Escuadrones soñadores e ilusos de caballeros, provistos de espadas y armaduras, organizaron cacerías e incursiones hacia escarpados terrenos montañosos. Donde hasta últimamente se supo que en realidad sí habitó. La mayoría de aquellos aventureros no regresó jamás. También se comprobó que efectivamente escupía fuego, volaba alcanzando increíbles alturas y anidaba en inaccesibles riscos.
 
La verdad es que los dragones sólo fueron temidos, proscritos y perseguidos en Occidente, a partir de la consolidación del cristianismo como institución vaticana. Se asoció al dragón (del mismo modo que a la serpiente y a otros reptiles) con poderes ocultos, la brujería, el sexo por placer y como rito iniciático. Al prohibirse la brujería, los rituales paganos y reprimir la sexualidad, como algo opuesto a los fines de control masivo de la Iglesia Católica, se satanizó y persiguió también a los dragones.
 
El dragón sibolizaba entonces las facultades y los poderes ocultos del ser humano. Su sexo, su Alma Inconsciente, sus facultades y potencialidades de pensamiento, sensualidad y magia. Por eso los dragones de verdad fueron perseguidos por los ejércitos cristianos.
 
En la década de los noventas, científicos europeos encontraron vestigios de su existencia: esqueletos y cuerpos de dragones congelados casi intactos. Con cicatrices en sus cuerpos de la lucha a muerte contra los cristianos. Tumbas draconianas ubicadas en Transilvania, Ucrania, Siberia, Turquía y el Norte de Africa.
 
2
 
En el Oriente y la América prehispánica era otra la visión.
 
Para China y Japón, se trataba de un ser poseedor de enorme sabiduría. Los emperadores y guerreros samurais lo tenían por aliado y consejero.
 
Si hubo luchas entre hombres y dragones, estas no conllevaban el carácter carnicero ni el temor fanático cristiano de Occidente. Lo que sabemos por diversas leyendas e historias de Oriente, era que tras una lucha que no necesariamente culminaba con la muerte del guerrero humano ni con la del dragón, ambos seres acababan siendo amigos y aliados.
 
 
Algunas personas encontraron a sus dragones aliados por accidente, vagabundeando, o los dragones los encontraban a ellos y se los hacían amigos. Al descubrir facultades en los humanos que interesaban a los dragones.
 
En Mesoamérica el dragón era asociado a los Dioses y las deidades. Quetzalcoatl poseía atributos suyos, de hecho, según alugnos, era un dragón.
 
Por diversas mitologías muy antiguas y anteriores al cristianismo, se presupone que hubo un tiempo, lejano y perdido cuando los dragones y los hombres fueron aliados. Los hombres los respetaban y les permitían vivir tranquilos., a cambio los dragones brindaban protección, sabiduría y consejo.
 
Luego hubo otro tiempo, el cristiano o judeocristiano, cuando estos seres fueron perseguidos, incomprendidos y combatidos.
 
3
 
El dragón sería uno de los seres evolutivamente más perfectos. Presuntamente poseería características y atributos de los seres de aire (las aves), del agua (los peces y anguilas), y de la tierra (serpientes, cocodrilos y saurios).
 
El hombre que lograse convertirse en amigo de uno de ellos, y no sólo luchar contra él y matarlo, lograría armonizarse y aliarse con fuerzas equilibrantes de la naturaleza. Con el ser probablemente más perfecto de la evolución.
 
En suma, el hombre amigo del dragón, sea de uno de verdad o simbólico, lograría integrarse a sí mismo no sólo desde el punto de vista del intelecto y la razón (como predomina en Occidente) sino también con su parte sensual, erótica, mágica, mística y esotérica.
 
 
Soñar con dragones simboliza que se está cerca de descubrir nuevas dimensiones y ámbitos de uno mismo.
 
Que el soñante puede encontrarse al inicio de un sendero espiritual, en el camino de su verdadera madurez, de su integración e interiorización. Sin encontrarse dividido nunca más entre sólamente cuerpo o mente.

sábado, 29 de enero de 2011

ERICH FROMM 2: EL AMOR A SÍ MISMO PRIMERO QUE NADA



La locura no es propiamente una forma de enfermedad,
sino una determinada manera de resolver el problema de la existencia humana.(ERICH FROMM –El Amor a la Vida)

1

Se desconfía sobremanera de aquel quien señala amarse a sí mismo por encima de los otros. Se piensa mal de él o de ella, se le clasifica como ególatra, vanidoso; centrado en sí mismo. En términos filosóficos, se le define como solipsista: “perspectiva de pensamiento en la cual solamente yo existo”. Desde la psicología folklórica, a veces no tan sabia, a quien se ama a sí mismo se le etiqueta como narcisista. Seguidor de Narciso, quien pasaba las horas mirándose ante el espejo de las aguas, y por cierto, murió al precipitarse sobre el fondo helado de la fuente, donde su propio reflejo lo devoró.

Por otra parte: ¿Qué tan sinceros y legítimos son los actos y los argumentos de algunos que viven consagrados a pensar y actuar, aparentemente, primero en los demás o en los otros, antes que en su propio Yo. De hecho se ufanan de su desinterés en sí mismos y se enorgullecen de pensar primero en los demás. Se autonombran como desinteresados, santos, beatos, humanitarios, caritativos, buenos, sin fines de lucro, altruistas, etc.

2


Existe una diferencia psicológica entre el egoísmo y el narcisismo de nuestros días y una orientación de amor a uno mismo, mucho más sana, que de hecho no tiene nada que ver con el primero. Establecida por Erich Fromm a lo largo de varias de sus obras: Ética y Psicoanálisis (1999), El Arte de Amar (2007), El Miedo a la Libertad (2008), etc.

Fruto de la propagación de la mentalidad capitalista, individualista y utilitaria, se generalizó la búsqueda del interés personal por encima del comunitario. Ser capaz de pasar por encima de los otros por tal de obtener los fines perseguidos, traicionando, cortando cabezas, apuñalando -desde luego por la espalda-, mintiendo.
A partir de la época de la Ilustración, la Revolución Industrial y el Racionalismo, sin demeritar los logros de éstos, para una buena cantidad de individuos, su objetivo se volcó en la posesión y el logro de estímulos materiales y de poder. Las relaciones humanas obtuvieron el mismo valor que una inversión financiera o la adquisición de algún bien raíz. Igual el amor, la familia y la amistad.

Esta orientación de personalidad, que Fromm denomina materialista, muy cercana al narcisismo como enfermedad, bastante común en últimos tiempos, resulta muy distinta de la orientación de alguien quien dirige sus fuerzas amorosas hacia su cuerpo, su mente, hacia el cuidado y la valoración total de su personalidad.
La denominada por Erich Fromm como orientación amorosa. Según la cual, necesito amarme a mí mismo primero que nada, antes de poder amar a otros.



O aún más: el amor es una potencialidad, una capacidad latente y disponible en los hombres, capaz de ser dirigida indistintamente a una pareja, a los miembros de la familia, a los amigos, los compañeros de trabajo y escuela, a Dios, al Espíritu o a la Divinidad.

Por consiguiente, no es raro que me ame a mí mismo. Incluso es indispensable y necesario quererme para mantenerme sano mental y físicamente. El amor a la vida: hablaba Erich Fromm desde una perspectiva agnóstica, evitando meterse en lo posible con las deidades y dioses, sintetizando todos los tipos de amores en uno solo.

A finales del siglo XIX e inicios del XX el amor a uno mismo era inconcebible por figuras del pensamiento como Freud, Marx y Kant.

La posibilidad de amar al propio Yo parecía sospechosa y digna de censurarse. Incluso resultaba psicopatológica, cercana a la esquizofrenia. Para el psicoanálisis de Freud el inconsciente debía ser sometido al escrutinio, dominio y supremacía de la razón, concebida por él como el Yo.

La razón debía llegar a domar al Inconsciente. Aquello que albergara o emergiera del inconsciente era peligroso o dudoso. De hecho Tánatos, o el impulso de muerte que describiera el psicoanálisis freudiano, consistía en una tendencia natural del hombre hacia la muerte, la agresividad y la destrucción. Muy distinto a Eros, su contralado.

El hombre era en una parte malo por naturaleza. Bueno, por la otra. Eros y Tánatos se debatían diariamente en el escenario del Corazón del Hombre. “¿El hombre es León o Cordero?” Se pregunta críticamente Fromm como psicoanalista sui géneris, al iniciar un ensayo intitulado con el mismo nombre.

¿Cómo llegar a amar a esa parte mía, mi otra mitad, la oscura, la desconocida, si es presuntamente mala y perversa? Pregunta difícil.

En Fromm, el hombre de ningún modo es malo ni perverso por naturaleza. Lo discute en su obra: Anatomía de la Destructividad Humana (1999), ejemplificando con análisis clínicos como el caso de la biografía de Hitler. Son las condiciones sociales, psicológicas e históricas las que pueden canalizar la personalidad de alguien hacia fines malévolos, destructivos y utilitaristas. Pero también hacia el bien.



Es curioso cómo la infancia de Adolf Hitler y la de hombres tan creativos como Erik Erikson coinciden en historias de juventud semejantes. Ambos fueron autodidactas y tuvieron juventudes aparentemente sin rumbos, ambos fueron lectores solitarios, trota mundos irremediables, con ideales cambiantes y carencia de identidad.

¿Qué diferencia existe entre el Hitler derrotado y decadente que antes de suicidarse en compañía de su gente, ordenó al arquitecto del Tercer Reich destruir Berlín cuando los aliados lo vencieron, con el Erik Erikson quien compaginaba la pintura con el psicoanálisis y nos legó maravillosos libros sobre la psicología del desarrollo, el psicoanálisis y la cultura? No sé si esta última para mí deba consistir en pregunta o afirmación.

3

El surrealismo que se metió con el psicoanálisis exploró las posibilidades creativas del Inconsciente y su sabiduría. Confiaba en el Inconsciente y experimentó con la escritura y el dibujo automáticos como vía directa hacia nuestro lado oscuro.

Un psicoanálisis humanista como el de Erich Fromm, Karen Horney y Erik Erikson, creado y cultivado por nietos de Freud, o seguidores de tercera generación del patriarca, aprendió a extraer y confiar en la sabiduría natural del Inconsciente.

Por vez primera en la historia de la Psicología Occidental se permite el amor a sí mismo como una orientación sana. El amor a sí mismo surge del autoconocimiento y del conocimiento de los otros.
El amor en general implica conocimiento profundo del objeto amado, insiste Fromm. No puedo amar algo que no conozco, y conforme conozco a mi objeto de amor, lo amo más.



Puedo conocer a los demás gracias al propio conocimiento que logre de mí mismo, y esto lo saben bien quienes han estado en proceso de psicoterapia.

No basta leer las obras de los psicoanalistas y psicoterapeutas para sentirse médicos del alma, es necesario recibir la terapia primero uno mismo y practicar un incesante autoconocimiento.

Habría que desconfiar de los caritativos y los paternalistas. No es fácil que alguien aparente preocuparse tanto por los otros ni desinteresarse a tal grado de sí mismo, sin que en el fondo no persiga un fin o un beneficio indirecto con su altruismo supuesto.

De ahí que se devele el papel perverso y opresivo de la caridad y el paternalismo, pues mantienen en estado de subdesarrollo a sus víctimas-beneficiarios.

En la dialéctica del amo y el esclavo, le conviene al benefactor que los demás permanezcan en un estado de indefección y sometimiento, para quedar él como bueno y poderoso.
El caritativo desconfía cuando sus beneficiarios rechazan sus limosnas, necesita de ellos por sobre todas las cosas para existir.

El amor a sí mismo es consecuencia de estar orientado hacia la vida. Octavio Paz señala en La Llama Doble (1997) que primero se comienza amando la apariencia física del objeto de amor: un cuerpo hermoso, una silueta, unos ojos, unos pechos deseables y acariciables. Empero, conforme se conoce a la persona amada, se llega amar al resto de los hombres, a quienes se logra intuir en el fondo del ser amado, al percibir toda su humanidad. De ahí se pasa a percibir y amar la parte divina que existe en el ser a quien se ama.



Por medio de la belleza se puede llegar a Dios. De ahí también la relación entre belleza, erotismo, arte y misticismo que vislumbro la psicología y el arte en el Oriente miles de años antes.
No es posible amar a una sola persona, de hecho, quien está convencido de amar tan sólo a un individuo o a unos pocos, en realidad no ama a nadie.

A la inversa ocurre con algunos de los que se presumen como altruistas y caritativos, quienes no sólo no aman a quienes creen ayudar (aunque en el fondo saben que en realidad no ayudan a nadie con sus limosnas), sino que tampoco se aman a sí mismos, no aman desde luego a ningún hombre ni a la vida.

miércoles, 19 de enero de 2011

CRÍPTICO ANIMAL


CRÍPTICO ANIMAL

1.

En primer lugar decían,
tratábase de un dinosaurio
sobreviviente de añejas eras.

Científicos se pronunciaron
a favor de la hipótesis
de una gigantesca ave prehistórica.

No conocían más que sus huellas
pero lo bautizaron
como el mokelembembe.

Acudieron expertos, especialistas,
criptozoólogos.

Y una tribu ansiosa de pigmeos
excitada con la promesa
de cobrar su peso en oro
a cambio del animal capturado.

2.

Cavaron fosas, erigieron empalizadas
e instalaron trampas para osos.

El saurio emergió por fin
de su guarida en el fondo
de un prehistórico pantano.

Era un macho anciano, viudo y huérfano,
sin amigos ni hermanos:
único sobreviviente de su especie.

Fue a ensartarse sobre afiladas estacas
de una empalizada aborigen
donde quedó
atrapado y moribundo.

No lo mataron hecatombes,
ni holocaustos ni hambrunas,
ni el frío, ni el hielo
de caóticas eras.

Ni el fin de ningún mundo
ya perdido.

Sino el tiro de gracia
de un lord inglés
y los arpones desesperados
de indígenas sin patria.


3.

Comieron su carne
y brindaron con vino
para celebrar la cacería.

Fue abierto, descuartizado
y asados sus músculos.

Pero los pigmeos jamás cobrarían su recompensa
ni los expertos regresarían nunca
al Viejo Continente.

Veinte años después
serían encontrados los restos de todos
por otros expedicionarios en busca
del mismo mítico animal.

Pronto se sabría
que el mokelembembe llevaba
una extraña bacteria en sus órganos internos
y algunos mortíferos microbios,

quines tras ser ingeridos
devoraron las entrañas
de sus necios captores.

Fue la revancha final
del último dinosaurio.

La venganza del mokelembembe.




miércoles, 12 de enero de 2011

GURDJIEFF: LOS TIPOS DE HOMBRES





Todos los movimientos, todas las acciones
y manifestaciones de los hombres, de los animales
y de las plantas dependen de la Luna
y están gobernados por ella.
La fina película sensible de la vida orgánica,
que recubre el globo terrestre, depende enteramente
de la influencia de este formidable electroimán
que succiona su vitalidad.
El hombre, como cualquier ser viviente no puede
liberarse de la influencia de la Luna.

(G. GURDJIEFF citado por OUSPENSKY –En busca de lo Milagroso)

1.



Alguien entre sus alumnos, una mujer joven quien había estado en la India durante un año, le pregunto acerca de la reencarnación, también sobre la posibilidad de desarrollar poderes mentales.

De inmediato Gurdjieff estableció ante sus seguidores una sucinta diferenciación entre los tipos posibles de hombres. Tendría que tenerse, según el gurú, bastante en cuenta de qué tipo de hombre se está hablando cuando se piensa en la reencarnación, en la posibilidad de prolongar la vida, o en desarrollar poderes mentales como la telepatía, la hipnosis o la la capacidad de autocuración. Incluso y muy dramáticamente, no se puede llamar hombres a la gran mayoría de seres a quienes suele nombrárseles como hombres. Debido al hecho de que casi todos sucumben, víctimas de influencias externas que ellos mismos son incapaces de controlar. Cualquier cosa desvía su atención, trastoca su emocionalidad, irrita su ego o les hace perder la cabeza y extraviar el camino. Si es que en algún momento poseen una vaga idea acerca de cuál es el camino que deben seguir. Si se le pregunta a la mayoría de ellos, seguramente se reconocerán al instante como hombres o serán incapaces de reconocer sus límites, sus “topes”. Mucho menos de ser sinceros consigo mismos y confesar el verdadero nivel de desarrollo donde se encuentran.


El hombre número 1 es el imitador. No imita por imitar, como lo hace casi cualquier tipo de hombre, sino que el núcleo de su personalidad radica en la dificultad para tomar decisiones. Las rehúye por sobre todas las cosas. La posibilidad de tener que decidir entre dos o más alternativas lo angustia sobremanera y él prefiere evitarla evadiéndose, posponiendo la decisión o reprimiéndola del campo de su consciencia. Entonces, para evitar la responsabilidad de decidirse por algo, lo que sea, lo más ínfimo, decide estacionarse en cualquier parte o simplemente efectuar lo que hace la mayoría. No actúa de ningún modo hasta que alguien más haya tomado la iniciativa para cualquier cosa, hasta para el amor y el sexo.

Es común la aparente “estabilidad” del personaje número 1. Puede permanecer ligado a una relación amorosa durante años y manifestar una superficial constancia en sus sentimientos. Pero interiormente lo que hay en él es un miedo a lo nuevo y un aferrarse tercamente a lo conocido. No es capaz de terminar con relaciones conflictivas o muertas desde tiempo atrás por miedo al cambio, temor a enfrentar lo novedoso o al simple y llano hecho de estar solo. Del mismo modo en su mundo laboral, él es quien mayormente se aferra a los empleos burocráticos, en oficinas educativas, gubernamentales o grandes empresas en las que se jubilará nada más por simple inercia y permanencia en su asiento tras el escritorio. Al encontrar un empleo burocrático o en alguna gran empresa se resolverá su principal problema: la necesidad de decidir. Las grandes instituciones públicas y privadas que garantizan su jubilación le ahorran el trabajo de decidir cómo sobrevivir día a día o decidir luchar por ganarse un lugar a cada momento en el mundo.


2.


Si la aparente estabilidad del hombre número 1 causa admiración a los ingenuos, según palabras de Gurdjieff, la inestabilidad del número 2 también puede causar asombro.

El número 2 es sumamente emocional, es mucho más decidido, arriesgado y avezado, desde luego, que el número 1. Pero como sus decisiones están dictadas por la emoción predominante en el momento de decidir, suele arrepentirse bastante de lo decidido hace una hora o un día antes.

Sus emociones son cambiantes y mutantes. En un momento puede amar a alguien sobremanera y querer irse a la cama con él o matrimoniarse. A la mañana siguiente puede odiarlo y decidir no volver a verle nunca más. Si es padre de familia o esposo, difícilmente su familia y amistades logran comprenderle, probablemente ni él mismo.

Por otro lado se le facilitan las relaciones sociales, debido a su fluidez, a veces maleabilidad en las emociones.

3.

Si la aparente estabilidad del hombre número 1 causa admiración a los ingenuos, según palabras de Gurdjieff, la inestabilidad del número 2 también puede causar asombro.

El número 2 es sumamente emocional, es mucho más decidido, arriesgado y avezado, desde luego, que el número 1. Pero como sus decisiones están dictadas por la emoción predominante en el momento de decidir, suele arrepentirse bastante de lo decidido hace una hora o un día antes.

Sus emociones son cambiantes y mutantes. En un momento puede amar a alguien sobremanera y querer irse a la cama con él o matrimoniarse. A la mañana siguiente puede odiarlo y decidir no volver a verle nunca más. Si es padre de familia o esposo, difícilmente su familia y amistades logran comprenderle, probablemente ni él mismo.

Por otro lado se le facilitan las relaciones sociales, debido a su fluidez, a veces maleabilidad en las emociones.

4.

Por su parte, el número tres siempre reflexiona, de mucho a demasiado antes de actuar. Si el uno y el dos piensan poco antes de llevar acabo una tarea, o simplemente la realizan sin cuestionarse, por costumbre o presas de una emoción histriónica, el tres siempre se detiene. Piensa, se frena y refrena a sí mismo una y otra vez. Quizá tenía una cita amorosa hoy, y él o ella penso tanto en cómo comportarse, cómo seducir, qué hacer o qué no hacer. Para cuando llegó la hora del encuentro erótico, se encontrará tan paralizado emocionalmente y tan aterrado con sus propias conjeturas y teorías, que no podrá funcionar adecuadamente ni a la altura de la cita.

Justamente, aunque pueda llegar a ser un gran erudito, su principal sufrimiento estribará en que sus barrocas y sinuosas teorías, serán por completo inaplicables a una realidad que le resulta cada vez más inabarcable con su raciocinio. En comparación con el hombre número 1 y 2, quienes en el mundo práctico, cotidiano y afectivo le llevan una gran ventaja.

Sin embargo, los hombres 1 y 2 tienen la desventaja de la falta de una visión y un intelecto, que pudiese ser poderoso, como lo tiene el 3.

La ventaja del 3 es que ya tiene una visión, un propósito filosófico, psicológico o espiritual rector. Sabe qué hacer.

Mucha emocionalidad o mucha práctica, por más diestras que puedan ser, no pueden funcionar sin una visión mental poderosa que las canalice y pastoree como a ovejitas descarriadas.



El hombre más completo sería aquel que lograse la interconexión entre los tres centros de su ser, correspondientes con los de los tres primeros tipos de hombres: no sólo la mente, sino el dominio completo del cuerpo y sus funciones, también sus emociones respectivas.

El propio George Gurdjieff era un ejemplo de ello. A la par que poseía una poderosa mente científica, era bastante hábil con sus manos: cocinaba, arreglaba y reparaba artefactos, también inventaba máquinas. Sanaba a hombres y mujeres, interpretaba música con su armonio y su guitarra. Sabía jugar y reírse de sus semejantes hasta el cansancio.

sábado, 8 de enero de 2011

EL DOGMA DE LA SACIEDAD


El estar solo lo entiendo a sí mismo como la capacidad
de desarrollar un Superyó menos dependiente de los valores impuestos
por la organización social.
(RAÚL PÁRAMO -Sentimiento de Culpa y Prestigio Revolucionario)

Todo individuo que realmente quiera desarrollarse y progresar
debe tomar como una de sus principales atenciones
el reconocer su narcisismo, tratar de reconocerlo despacio,
poco a poco, y a cada pasó será un gran paso,
porque siempre mejoramos al reconocerlo un poco más.

(ERICH FROMM -El Arte de Escuchar)

Sin duda la solidaridad y la capacidad de estar solo
provienen de una simbiosis superada.
(RAUL PÁRAMO -Sentimiento de Culpa y Prestigio Revolucionario)

1
La consigna era tragar hasta reventar. Los escuché agitarse y revolotear una y otra vez a lo largo de toda la noche. Era una periquera, no, un nido de murciélagos en una caverna a la hora de la entrada/salida de estos animales para realizar sus rituales alimenticios. Más precisamente: una madriguera de roedores, tal vez superpobladoras ratas de ciudad, acaso nutrias o martas advenedizas, que se inquietaban espasmódicamente, una y otra vez, cayendo en letargos momentáneos. Volviéndo a alzar el vuelo descontrolado, entre risotadas, tragos de cerveza y tequila barato que extraían de un tonel arrimado previamente durante la tarde. Cucharadas convulsas de pozole, pavo, tamales, pierna al horno. Sorbos de ponche, aguamiel y más tequila. No todo lo ingerían, bastante lo escupían, arrojaban al piso, se les escurría de las fauses o lo abandonaban los restos sobre la mesa saturada de desperdicios. Siempre acompañados por el coro, más bien la ejecución atronadora de su rocola, también recolectada durante horas previas al ritual celebratorio de su cena navideña. Misma que ya escupía piezas de mariachi, rock, baladas comerciales y el regaetón más perreador. Las melodías se sucedían si ton ni son, no terminaban de ser escuchadas cuando las interrumpia alguien con violencia para iniciar una nueva pieza. Al fín y al cabo se puede manipular a placer las nuevas rocolas computarizadas.

La cuestión era que nadie parecía realmente escuchar, ni la música estruendosa y de mal gusto ni las conversaciones o pedazos de monólogos que fluían sin fín hacia un ombligo metafísico.


Se escuchaba el crujido del papel navideño para regalos arrugándose al desenvolver los osequios. Las hojas de tamal volando hacia el cesto saturado por otros miles de residuos.

Un viejecito inverosímil sonreía ante las ocurrencias de cada uno de los invitados, a ratos coreaba repitiendo en voz baja la última frase de un mal chiste, siempre sonriendo, o un “que dios los bendiga y les traiga paz” recitado por algún pariente alcoholizado, más bien pronunciado para sí mismo. Era el abuelito de todos, aunque nadie se dirigía a él.

2

Algunos psicoanalistas y terapeutas gestalt, recomiendan tomar un bocado de alimento y masticarlo con los dientes con sumo cuidado, sin dejar un solo elemento sólido. Hasta convertir la mezcla que otrora fué un sandwich de pepino y jamón o un taco de huevo, en líquido, que luego deberá ser bebido a paso lento. Siempre saboreando y catando con la lengua cada sorbo.

Muchas de nuestras experiencias, la mayoría de hecho, aún no han sido digeridas emocionalmente. De modo que en nuestra memoria racional, corporal y emocional se encuentra una gran cantidad de recuerdos, imágenes, conceptos, episodios perdidos, cadáveres, putrefacciones y carroñas que siguen causando malestar e indigestión. Desde pequeños se nos obligó a tragar sin protestar miles de escenar, valores y acciones de los otros. Fueron engullidas casi enteras, sin masticar ni remoler ninguno de sus elementos.

Partimos del presupuesto, mismo que cada quien deverá comprobar al repetir el ejercicio prescrito anteriormente, de que mientras mayormente masticamos, degustamos, ensalivamos y remolemos la comida, el conocimiento y las experiencias, mejor será nuestra digestión, nos alimentaremos mejor y aprenderemos más conscientemente.



Nuestra manera de comer revela de modo muy vívido la manera en que asimilamos nuestro mundo personal y las experiencias diarias. Cómo vivimos y nos comportamos. También el modo en que leemos tragando un libro tras otro, en que compramos irreflexivamente en los molls y centros comerciales, saturando nuestras tarjetas de crédito y extinguiendo nuestros de por sí raquíticos aguinaldos.

3

Psicoanalistas como Erich Fromm proponen una antigua relación entre la etapa oral en el desarrollo del ser humano, y la compulsión a saciarse hasta el máximo, hasta morir de llenos, o de vacíos.
La otra cara de la saciedad, según nos comenta Fromm, es el temor inconsciente a morir de hambre, quedar desamparado o volverse el ser más pobre del mundo. Se debe tener la cuenta bancaria con los ahorros más gordos posibles, el estómago más repleto de alcohol, comida o droga, el guardarropas más basto que se pueda.

La drogadicción, la obesidad moderna y el consumismo y la acumulación innecesaria de bienes materiales, según este psicoanalista, tienen bases comunes que se hunden en periodos antiguos de los primeros meses y años de vida en el niño. Los padres y madres repletamos a nuestros hijos de comida, objetos y estímulos desde tempranas edades para que no nos molesten. O con las mejores intenciones, creyendo que los niños gorditos son los más sanos. De ningún modo los más inseguros, temerosos, acomplejados y codependientes.



La codependencia emocional, la afición a las drogas, a los pasteles y las grasas saturadas, el comprar sin paras hasta agotar el último peso, las ansias mortíferas de poder y dinero parecen remontarse a orígenes comunes en las primeras etapas de desarrollo humano.

4

Al día siguiente contemple varias veces al abuelito barrer la calle y el jardín de su casa, donde habían tenido su fiesta. Probablemente pensaba en los extintos aguinaldos de sus hijos, nietos y bisnietos que aún dormían.
Probablemnete todavía coreaba un mal chiste de la noche anterior.

domingo, 2 de enero de 2011

GURJIEFF: EL DIFÍCIL ARTE DE RECORDARSE A UNO MISMO

GURDJIEFF: EL DIFÍCIL ARTE DE RECORDARSE A UNO MISMO

Por: Carlos Filiberto Cuéllar

Para Esperanza Nava, por avivar siempre la esperanza en el crecer interior.
Para Luis Spence, por su esfuerzo en mantener vivo el Cuarto Camino.
Para Jorge Ulises por su "autoiniciación"  en el Cuarto Camino.


1.

Partió desde el Cáucaso, en la parte Sur y Oriente de Rusia, donde había nacido. Dirigiéndose hacia más Oriente: la Ruta de Seda, Indoeuropa, Oriente Medio, Afganistán, Persia, el Tíbet.

Buscó maestros, ciudades perdidas, libros polvosos y bibliotecas olvidadas en impensables lugares.

En Afganistán lo guiaron hacia perdidos monasterios: los ojos vendados y a caballo, acompañado por anónimos jinetes encapuchados. Le iniciaron en oscuros ritos y el dominio de danzas sagradas. Se desilusionó de un maestro tras otro, también conoció personas "notables" como las llamara él mismo más adelante al escribir su autobiografía: "Encuentros con Hombres Notables". Quienes contribuirían al desarrollo de su "independencia" e "interioridad".

Su única escuela fue la biblioteca de un Pope en su pueblo natal cuando niño, el rebaño de ovejas y cabras de su padre, y todas las antiguas bibliotecas y colecciones de libros viejos que visitó y leyó en las ancestrales ciudades de Oriente.

Para cuando regresó a Europa, veinte años más tarde, doctorado en la universidad de la vida, había sido vendedor de alfombras, pajarero, pastor, miembro de la Iglesia Ortodoxa Griega. Alumno de comerciantes, discípulo de ladrones del Cáucaso y mercachifles, de atracadores de caravanas y místicos vagabundos, de camelleros y arrieros. Era todo un maestro iluminado. Era George Gurdjieff.

En Europa fungió como traficante de alfombras, fabricante de pestañas postizas, hipnotista y sanador. Decía que los antiguos magos y sacerdotes eran capaces de manipular la energía de la vida para curar o dañar a la gente. Todo ser humano deja una estela de energía invisible tras haber estado en un lugar o portado un objeto. El mago, al entrar en contacto con aquello, es capaz de establecer una conexión con la energía dejada a su paso por cualquiera y crear una especie de cable energético con el portador. De ahí que el verdadero mago pueda curar o hacer daño a su antojo.


2

Se le creía un sultán perdido, un jeque persa o un yogui extraviado por tierras rusas y francesas.

A sus alumnos les costaba mucho esfuerzo la prescripción hecha por Gurdjieff de recordarse a sí mismos. Saber con certeza y presteza que uno es el que está participando de la vida. Y no tener de ningún modo la cabeza puesta en otra parte. A través de los ejercicios de concentración en el propio presente, en el cuerpo de uno, en observar las emociones propias y los pensamientos, es que se desarrolla una atención poderosa. Un "pensar consciente".

El sufrimiento debía causar un conflicto interno al cual no se tenía, de ninguna manera, que rehuir. Se trataba de la Ley de la Trinidad, la Divina Trinidad, universal y representante del Cristianismo. Uno quiere algo en su interior, pero siempre existe una fuerza, también interna que se le opone, impidiendo conseguir el objetivo deseado. La síntesis de aquel conflico y contradicción es la resolución interna, emocional e intelectual que el propio Yo establece, gracias a lo cual, del mismo modo, se fortalece. Toda verdad no será mía, en tanto no la haya sufrido, elucidado, aplicado e interiorizado en mis emociones.

En pocas palabras, que el sufrimiento es bueno, porque vuelve aún más reales nuestras verdades. El hombre no tiene alma desde un inicio, no es hombre nada más porque sí. Debe luchar, llorar y condolerse, romper los límites de su cotidianidad y su automaticidad, para ganarse el título de "hombre" en todo el sentido de la palabra. El sufrimiento siembre es benéfico, cuando se le asume conscientemente. Entonces la flor más espinoza, puede aportar el más hermoso curativo perfume.

Son tantos los que se dicen hombres nada más por los títulos materiales, las jerarquías sociales y el poder ínstitucional.

Es precisamente gracias a la aplicación interna y emocional de la Ley de la Trinidad, que se logra ser capaz de encontrar la clave para resolver cualquier conflicto. Cualquier discusión, en lugar de continuarla con individuos y personas externas, discusión que en la mayor parte de los casos no tiene sentido ni fin, debe ser trasladada hacia el interior. Resuelta en el corazón de cada cual.

La discusión con uno mismo y la lucha internas no están exentas de dolor y sufrimiento de ningún modo. Precisamente, recordamos con mayor lucidez, los momentos y épocas en que hemos sufrido más. Son mayormente nuestros, en verdad, los momentos y conocimientos que hemos padecido y nos han costado sangre, sudor y lágrimas.

Gurdjieff, aplicó la idea del sufrir y el pensar conscientes, precisamente la Ley de la Trinidad, hasta sus máximas consecuencias, en su persona. Sufrió heridas de bala perdida en dos ocasiones durante sus viajes por Asia Central. Se enfermó en la India y en Persia de extrañas fiebres y viruela. Pero siempre supo buscar gente sabio con la cual curarse. De ahí que aprendiera luego a curarse por sí mismo y a sanar a otros. Decía que los sabios llegaba a vivir hasta doscientos años si llevaban una buena vida.

Tras un accidente automovilístico y dos meses de coma, Gurdjieff pudo levantarse aún más fortalecido, con una mente y una atención más poderosas que antes. Dicen que los gurús son capaces de resurgir aún más poderosos de cada caída, tras enfrentar cualquier tipo de problema.

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