DRAGÓN INTERIOR
De hecho no tienen que sacrificar
lo que imaginan tener,
y en realidad no poseen nada
en lo más mínimo.
(G. GURDJIEFF)
A mis perras: Gris y Lola.
A mis gatos.
1
En el medioevo lo satanizaron, se le asoció a fuerzas malignas y oscuras. Se le persiguió y temió hasta mitificarlo.
Al mismo Demonio, al plasmar su imagen en grabados y vitrales, se le adjudicaron variadas características y propiedades suyas: alas de pterodáctilo, sáuricas garras afiladas y curveas, cuerpo y rasgos herpentinos en general. Capacidad de interacturar y manejar el fuego. De ahí la generalización del temor hacia las serpientes y cocodrilos que trasciende hasta nuestros días.
Escuadrones soñadores e ilusos de caballeros, provistos de espadas y armaduras, organizaron cacerías e incursiones hacia escarpados terrenos montañosos. Donde hasta últimamente se supo que en realidad sí habitó. La mayoría de aquellos aventureros no regresó jamás. También se comprobó que efectivamente escupía fuego, volaba alcanzando increíbles alturas y anidaba en inaccesibles riscos.
La verdad es que los dragones sólo fueron temidos, proscritos y perseguidos en Occidente, a partir de la consolidación del cristianismo como institución vaticana. Se asoció al dragón (del mismo modo que a la serpiente y a otros reptiles) con poderes ocultos, la brujería, el sexo por placer y como rito iniciático. Al prohibirse la brujería, los rituales paganos y reprimir la sexualidad, como algo opuesto a los fines de control masivo de la Iglesia Católica, se satanizó y persiguió también a los dragones.
El dragón sibolizaba entonces las facultades y los poderes ocultos del ser humano. Su sexo, su Alma Inconsciente, sus facultades y potencialidades de pensamiento, sensualidad y magia. Por eso los dragones de verdad fueron perseguidos por los ejércitos cristianos.
En la década de los noventas, científicos europeos encontraron vestigios de su existencia: esqueletos y cuerpos de dragones congelados casi intactos. Con cicatrices en sus cuerpos de la lucha a muerte contra los cristianos. Tumbas draconianas ubicadas en Transilvania, Ucrania, Siberia, Turquía y el Norte de Africa.
2
En el Oriente y la América prehispánica era otra la visión.
Para China y Japón, se trataba de un ser poseedor de enorme sabiduría. Los emperadores y guerreros samurais lo tenían por aliado y consejero.
Si hubo luchas entre hombres y dragones, estas no conllevaban el carácter carnicero ni el temor fanático cristiano de Occidente. Lo que sabemos por diversas leyendas e historias de Oriente, era que tras una lucha que no necesariamente culminaba con la muerte del guerrero humano ni con la del dragón, ambos seres acababan siendo amigos y aliados.
Algunas personas encontraron a sus dragones aliados por accidente, vagabundeando, o los dragones los encontraban a ellos y se los hacían amigos. Al descubrir facultades en los humanos que interesaban a los dragones.
En Mesoamérica el dragón era asociado a los Dioses y las deidades. Quetzalcoatl poseía atributos suyos, de hecho, según alugnos, era un dragón.
Por diversas mitologías muy antiguas y anteriores al cristianismo, se presupone que hubo un tiempo, lejano y perdido cuando los dragones y los hombres fueron aliados. Los hombres los respetaban y les permitían vivir tranquilos., a cambio los dragones brindaban protección, sabiduría y consejo.
Luego hubo otro tiempo, el cristiano o judeocristiano, cuando estos seres fueron perseguidos, incomprendidos y combatidos.
3
El dragón sería uno de los seres evolutivamente más perfectos. Presuntamente poseería características y atributos de los seres de aire (las aves), del agua (los peces y anguilas), y de la tierra (serpientes, cocodrilos y saurios).
El hombre que lograse convertirse en amigo de uno de ellos, y no sólo luchar contra él y matarlo, lograría armonizarse y aliarse con fuerzas equilibrantes de la naturaleza. Con el ser probablemente más perfecto de la evolución.
En suma, el hombre amigo del dragón, sea de uno de verdad o simbólico, lograría integrarse a sí mismo no sólo desde el punto de vista del intelecto y la razón (como predomina en Occidente) sino también con su parte sensual, erótica, mágica, mística y esotérica.
Soñar con dragones simboliza que se está cerca de descubrir nuevas dimensiones y ámbitos de uno mismo.
Que el soñante puede encontrarse al inicio de un sendero espiritual, en el camino de su verdadera madurez, de su integración e interiorización. Sin encontrarse dividido nunca más entre sólamente cuerpo o mente.