EL HIEROFANTE DE CROWLEY
The Tarot is a pictorial representation
of the Forces of Nature as conceived
by the Ancients according to a
conventional symbolism.
At first sight one would suppose
this arrangement to be arbitrary,
but it is not. It is necessitated by the structure
of the Universe, and in particular of the
Solar System, as symbolized by the Holy Qabalah.
ALEISTER
CROWLEY –The Tarot of Toth)
Jesús
recibe del Hierofante su nombre
y
número místicos.
Sufre
la primera prueba de la fraternidad
y
recibe el primer grado: La Sinceridad.
(Piotr D. Ouspensky –Iniciación de Jesús
en el Templo de Heliópolis)
1. El papel de la Reina como Madre, Amante
y Líder de los Arcanos Menores:
Los
Arcanos Menores del Tarot están organizados en diversos ciclos internos. El
primero de ellos comienza con los Ases, los cuales representan el inicio de
cualquier proceso de la Naturaleza: el nacimiento del Universo y de la Vida en
la Tierra, la formación del embrión humano en el útero materno, el Origen del
Alma, el Vacío Pleno del Espíritu Universal, el instante del estallido
primigenio del Big Bang, etc., equivaliendo al número 0. Ciclo que termina
con las Reinas y puede dar paso al
segundo, que comienza con los Reyes y finaliza con los Caballeros.
Como
mencionamos en la primera parte de este trabajo, en los modelos de Tarot
clásico, tanto en el Marsella como los de la Golden Down, incluyendo el Ryder
White y todos los creados por los egresados de sus filas, se otorga a la Reina
un papel secundario, incluso débil y marginal en comparación con el Rey y los
Caballeros. La Reina oscila con dudas entre el número 2 el 3 en su evolución espiritual, dependiendo.
Vive en la ambivalencia de la comodidad de su Reino, al mismo tiempo que en el
drama de no poder contrarrestar la fuerza masculina y estabilidad de los Reyes.
Viéndose dominada a cada paso por ellos. Anhelando a veces su libertad, pero
resignándose a su prisión por no atreverse a abandonar su trono.
El
número 2 significa pasividad, comodidad, cercanía, protección, sensibilidad, pero
también codependencia y aferramiento a una zona de confort a la cual se corre
el peligro de nunca animarse a renunciar. Con el riesgo de quedarse estancado e
incluso morir emocionalmente. Es el símbolo de la madre protectora, benevolente,
nutricia, entregada y amorosa, pero también de la psicología del conformismo, el
subdesarrollo, la pasividad, el temor a lo nuevo e incluso la mediocridad.
Por
su parte, el número tres es el salto al vacío y la decisión definitiva de
romper con el nicho de la dependencia, la crisis obligada que conlleva buscar
la libertad y la propia identidad.
De
ahí, hemos aprendido que toda crisis producto de una decisión madura, una
muerte o duelo, puede ir de un año de
duración a cuatro, numerológicamente hablando. El momento de la llegada del 4
conlleva el logro de la estabilidad tras padecer la tormenta: el surgimiento del
Rey. Aquí terminaría el Primer Ciclo de los Arcanos Menores en el Marsella y
otros Tarots tradicionales.
Empero,
en el Tarot de Aleister Crowley, el preciado número 4 de la estabilidad y la fortaleza, no pertenece
a los Reyes, si no que corresponde por derecho inalienable a las Reinas. En su
Tarot, ellas son las más fuertes y evolucionadas del Ciclo Primario de los
Arcanos Menores. En el Tarot de Toth de Crowley, los Reyes ni siquiera existen.
Aunque las Reinas gusten en demasía del sexo y del amor, y hayan procreado de
hecho a ocho hijos: los 4 Príncipes y 4 Princesas del Tarot de Toth, no tienen rival desde el punto de vista
afectivo. No cualquiera posee la envergadura emocional y espiritual para
atreverse a cortejar a una Reina, mucho menos para seducirla, complacerla,
arrastrarla al orgasmo y dejarla en cinta.
Los
únicos capaces de acoplarse sexualmente y ponerse al tú por tú con ellas sin
dañarlas, ni tampoco dejarse dominar por su envolvente poder femenino, son los caballeros.
2.
¿Quiénes
son Realmente los Caballeros en la Historia Universal del Tarot?
LOS CABALLEROS DE ESPADAS SEGÚN 3 TAROTS
…Y
entonces el Hierofante preguntó a Jesús:
“A qué has venido con nosotros, tú,
quien ya conoces de antemano
el nombre de tu padre…?”
A lo cual Jesús respondió:
“Precisamente, porque lo conozco de
antes,
he venido a sumergirme en las aguas
donde se muere y se vuelve a vivir…”
Y descendió Jesús cada uno de los
escalones
que conducían al fondo del estanque…
(Piotr
D. Ouspensky –Iniciación de Jesús en el Templo de Heliópolis)
En el mito del Rey Arturo, aunque Gweniber
era la bella esposa del monarca, es solamente Lánzelot, el brazo derecho de
Arturo y el más importante de los
caballeros de la Mesa Redonda, quien eleva desde su cama a las más grandes
alturas del placer, a la hermosa Reina. Recordemos que Lánzelot no provenía de
cuna noble, como la mayoría de los caballeros que rodeaban al Rey. Era el hijo
bastardo de una campesina, quien lo abandonó en el bosque siendo un bebé.
Arturo lo recogió, educó y entrenó, dándole un lugar en su casa, en su corte y
en la Mesa Redonda. Lánzelot amaba sobremanera a Arturo, como a un padre y un
maestro. Pero también amaba a Gweniber.
En algún momento, en el ocaso de su vida,
Arturo descubrirá su amorío y los sorprenderá desnudos, amándose en el bosque.
Aunque casi muera de la tristeza y enojo, su amor por la Reina y también por Lánzelot
le hará perdonarlos a pesar de todo. En un punto final de su vida, a la hora de
su muerte, entregará la responsabilidad del Reino de Cámelot y el liderazgo de
la Mesa Redonda al joven Caballero y amante de la Reina.
Pero
el mito de Arturo no nos describe hechos concretos de los que de ningún modo
estamos seguros, ni mucho menos nos interesa si ocurrieron realmente o no. Sino
que nos describe una serie de procesos psicológicos y espirituales que son
factibles en el ser humano que se encuentra en proceso de evolución espiritual.
Arturo
o el viejo Rey, representa la Antigua Personalidad que dominó al hombre durante
la mayor parte de su vida: sus creencias rígidas, su educación familiar y
académica tradicional, sus valores religiosos y emocionales cuadrados e
inamovibles, los cuales le fueron transmitidos por sus padres y profesores. La
falsa identidad y el Ego obeso y soberbio. En general, todo lo que
psicológicamente es viejo y debe ser removido e incluso aniquilado en la
necesaria muerte espiritual, que se requiere si en verdad se está dispuesto a
morir para renacer en un Nuevo Hombre.
El
viejo Arturo, es decir, la Antigua Personalidad del hombre, debe ser desalojada
y debilitada gradualmente, cediendo su lugar a la Esencia o Alma del Nuevo Hombre.
Debe saber morir y pasar su estandarte al joven Caballero, el único capaz de
llenar sexualmente a Gweniber o a la Reina y tener el control absoluto de la
vida del hombre. En realidad, esta es la descripción del proceso de Despertar
Espiritual, contenida en la mayor parte de tradiciones psicológicas antiguas
del mundo. No por nada se han encontrado paralelismos entre el mito del Rey
Arturo y la vida y milagros de Jesucristo. Pareciera que en el fondo hablaban
de la misma cosa.
De
ser un pequeño huérfano a quien Arturo recoge en el bosque, Lánzelot evoluciona,
pasando por diversas pruebas durísimas: Lealtad, Sinceridad, Valentía,
Transparencia. En cierta etapa de su vida lo arriesga todo por rescatar a
Gweniber de un Rey enemigo, liberándola de una prisión en el fondo de una
caverna, cosa que ni el propio Arturo logra conseguir. Lánzelot se hace fuerte
a cada paso y supera al Rey en cada etapa del proceso. Antes de ser perdonado
por Arturo, luego de descubrirse su relación con la Reina, sufre un exilio
temporal, el cual debe padecer con humildad, retornando de nuevo a Cámelot sólo
para ayudar a Arturo en su lucha contra viejos adversarios.
Un
Caballero en el Tarot, no es alguien centrado en los triunfos del mundo externo
y la vida corriente de los hombres. Ha sido iniciado por algún maestro, como
Merlín o Juan el Bautista, en alguna tradición espiritual milenaria. Se le ha
ido preparando para percibir gradualmente más allá de las apariencias,
combatiendo no con enemigos exteriores, sino contra adversarios que sólo pueden
encontrarse en su corazón. Los monstruos contra los que se confronta, son su
propio Ego, su Vanidad, Orgullo, Resentimientos y Rencores. A los cuales debe
abolir y exterminar de su ser.
Un
Caballero es alguien que se ha vencido a sí mismo, a sus partes psicológicas negativas,
caducas y anquilosadas. De ahí que su carácter no sea meramente masculino, sino
equilibradamente andrógino. Su lado femenino se encuentra igualmente activo y
desarrollado. Por ello es capaz de comprender y satisfacer a la Reina, sin
permitirle tampoco que lo aprisione ni encadene.
Su
camino no es de ningún modo el de la violencia, ni el de los reconocimientos de
la vida exterior, en los que se pierden la mayoría de los hombres, sino el de
la Bondad, la Verdad, la Pureza en el corazón y la búsqueda legítima del Conocimiento.
3.
El Número
5 en realidad es un Número Femenino
El
Tarot nos describe que la vida en el Planeta Tierra implica la manifestación de
cuatro elementos básicos: Aire, Tierra, Agua y Fuego. Representados
consecutivamente en los Arcanos Menores por: Espadas, Oros o Discos, Copas y
Bastos.
El
ser humano como parte de la vida en la Tierra debe aprender a lidiar, manejar y
ser exitoso en las cuatro áreas que representan estos cuatro elementos:
desarrollar su parte mental y una inteligencia sagaz (aire); ser una persona práctica,
capaz de resolver problemas concretos, generar su sustento económico, darle su
justo valor a las posesiones materiales y aprender a cuidar del dinero
(tierra); identificar sus propias emociones, saber sentir a los demás y ponerse
en el lugar de ellos (agua); y por último, poseer la suficiente entereza,
decisión y voluntad para afrontar las dificultades y salir avante de ellas
(fuego).
No
puede aspirar ni mucho menos soñar con poseer ninguna clase de evolución
espiritual si tiene problemas en alguna de las áreas de la vida terrenal
mencionadas, o si una de estas no se ha desarrollado suficientemente. Si algún
elemento resultase deficiente en su vida, esta se encontraría desequilibrada.
El
hombre que más o menos ha trabajado para desarrollar las cuatro dimensiones
terrenales de los Arcanos Menores, se encuentra en vías de evolucionar
espiritualmente.
A
los caballeros les corresponde por derecho propio el número Cinco. En el Cinco
encontramos la presencia de un elemento nuevo, en el hombre quien se encuentra
ya encaminado en una Senda Espiritual: un elemento etéreo que no es de este
mundo. Una conexión con las estrellas. Esta conexión convierte a los Caballeros
y a los cinco en seres que ya han vislumbrado su destino como una sutil
revelación del Más Allá. Son seres cuyos lados masculinos y femeninos se
encuentran más o menos emparejados, y que de ningún modo tienen predominio de
uno sobre otro.
Aunque
tenga preferencia sexual, el Caballero y el Cinco poseen un carácter
francamente andrógino. Cuando es necesario, pueden ser activos, propositivos y
desempeñarse en áreas masculinas. Poseen también la flexibilidad para volverse
de un momento a otro suficientemente femeninos: receptivos, intuitivos,
sensibles, dedicados a actividades del corazón. Por ello son los esposos o
amantes ideales, de quienes las Reinas se encuentran francamente prendadas.
De
los Arcanos Mayores, es el Hierofante, o el Papa, a quien corresponde el número
cinco, el de la puerta hacia el Mundo Espiritual, o la entrada a la escalera
que se dirige rumbo a un Plano Superior.
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