"Debemos
aprender a distinguir las emociones propias de las ajenas,
pues
muchas de las emociones y pensamientos que percibimos
no
nos pertenecen, simplemente florecen en el lugar,
nuestra
mente las capta y las hace suyas,
como
si fuera una emisora de radio,
que
emite y recibe todo tipo de información
en forma de fluido psicoenergético,
dando
lugar a la creación de diversas Formas Mentales de Energía..."
(VÍCTOR MANUEL FERNÁNDEZ CASANOVA
-Técnicas de Protección Energética)
…Dejarán que la energía sexual
revigorice sus cuerpos
y que se acumule en las palmas de
sus manos
para darles el magnetismo que cura
a los enfermos…
(ALEJANDRO
JODOROWSKY –Los Evangelios para Sanar.)
1.
Un
pequeño cuento de miedo, para comenzar
Regreso de las costas de Nayarit
hacia fines de semana santa con mi familia. La preparación de mis siguientes
estudios de Reiki, comenzando el Nivel 4 y último, me mantiene a la expectativa,
junto a la premura y el estrés natural
del viaje.
A
la par de un sinfín de ejercicios para incrementar la energía de las palmas de
las manos y los dedos, he enriquecido mis experiencias clínicas con pacientes y
familiares, mediante la asimilación de variadas lecturas relacionadas con
Reiki: uso de energía para tratar diversas enfermedades, técnicas de
magnetoterapia y de protección energética. Tampoco he podido dejar mis ineludibles
y diarias reflexiones psicoanalíticas, observando los más inusuales especímenes
humanos que saturaron las costas del Pacífico Mexicano durante el viaje,
exfoliando sus recursos en estas fechas, hasta el hastío.
Mi
hija de casi dos años se queja durante las noches de manera reiterada e
inexplicable, aún no habla del todo bien, pero su llanto constante, que es su
mayor medio de expresión en ésta etapa de su desarrollo, me hablan de algo que
no anda bien. Su salud física es buena, come con muy buen apetito y balance,
juega mucho, incluso a veces parece imparable. La primera noche tras nuestro
regreso a Guadalajara, intento darle Reiki a distancia para tranquilizarla,
desde el espacio que separa mi cama de su cuna.
La
casa donde habitamos es muy antigua, buena parte de su estructura aún es de
adobe, con vigones de madera y teja, debe tener algo más de cien años. El barrio
donde se ubica es también uno de los más viejos de Guadalajara. Tengo noticias
de que en alguna época de la historia de mi ciudad, en este lugar hubo variadas
huertas de cítricos, guayabas, calabaza, zanahoria, chayoteras y sembradíos de
maíz. También existió un olvidado asentamiento indígena del que casi nadie
tiene memoria, habitado por esclavos exiliados e indios fugitivos de origen
náhuatl y tlaxcalteca. Luego de la guerra del Mixtón, en el siglo XV, mucha
gente había emigrado hacia el Occidente desde el Centro de México, desde lo que
ahora es el Estado de México, Pachuca y Tlaxcala. Empleándose como mercenarios al
servicio de la Corona Española para luchar contra los caxcanes. Al finalizar
dicha guerra de más de diez años de duración, los mercenarios quedaron
desocupados, teniendo que emplearse en el campo, la minería y en lo que hubiera,
o no ocupándose nunca más. Muchos de esos viejos guerreros se asentaron en
antiguos caseríos, sin oficio ni beneficio, negándose a asimilarse y adaptarse
a la sociedad novohispana de entonces. Se les sumaron esclavos fugitivos de
origen africano e indígena, quienes huían de las haciendas, indios inconformes
que ya no deseaban por ningún motivo trabajar para los españoles. Creando una
mezcla humana muchas veces explosiva, de la que debe quedar vestigio en el
plano energético del lugar.
La
energía dejada por antiguos habitantes de un territorio o de una propiedad,
según el Reiki, queda impregnada como una huella energética que sigue teniendo
efecto, como una cicatriz, una herida que no sana en el espacio cerrado, o un
grito que no ha sido acallado con el paso de las décadas y los siglos. La gente
que ha vivido, sufrido, enfermado y fallecido en un espacio estrecho, deja un
sendero de energía, dolor y pensamientos funestos, negativos y nocivos que no se
van aunque pase el tiempo. Volviendo a ser revividos, sentidos, pensados y
reactivados con la energía de los nuevos habitantes, quienes ni se imaginan lo
que sucedió mucho tiempo atrás en un terreno donde fue construida su casa, o en
una habitación de la cual ignoran quien la habitó o la rentó muchos años antes.
Normalmente
alguien entra a un espacio, y sin una razón aparente, comienza a sentirse
deprimido, triste u hostil hacia los suyos. Se trata de la energía
psicoenergética creada por antiguos habitantes de dicho lugar, sin que los
nuevos habitantes apenas se den cuenta de lo que les sucede. Probablemente
alguien fue torturado, encerrado o asesinado en el mismo sitio donde ahora vive
una familia, quien ni la debe ni la teme, varios cientos de años después. Los
pensamientos y sentimientos que generaron los viejos habitantes quedan
impregnados en el espacio, incluso vagando con cierta autonomía y grado de
consciencia, esperando energía nueva y joven de la cual aferrarse y alimentarse
para continuar existiendo, aún a costa de apoderarse de la voluntad de seres
jóvenes e inocentes. Llevándolos no en pocas ocasiones hacia diversos problemas
emocionales, enfermedades físicas y conflictos familiares.
Algunos
llaman a estas entidades, fantasmas o espíritus chocarreros.
2. Entidades Energéticas Parasitarias
y sin Rumbo fijo
Tras impartir una fuerte sesión de
Reiki a distancia, dirigiéndome hacia la cuna donde mi hija descansaba,
proseguí a limpiar con diversas técnicas de la misma disciplina, utilizando un
par de Símbolos Maestros de Reiki de origen tibetano y japonés. Los cuales tengo noticia, son muy útiles para
armonizar no sólo el cuerpo enfermo de un paciente, sino para limpiar los
espacios cerrados de los excedentes de energía negativa acumulada.
Caminé
por toda la habitación y buena parte de mi casa utilizando la energía de mis
manos y los citados símbolos, expulsando la energía parasitaria que pudiese
estar albergada. Al toparme con la cuna, me enfrenté con una importante
resistencia energética. El espacio en donde duerme mi hija se encontraba
especialmente saturado de energía residual que no sólo se me oponía, sino que
se negaba a irse y reintegrarse al Universo.
Apliqué
un Símbolo Maestro tibetano, de los últimos que aprendí y finalmente el banco de
energía residual que se anidaba en el espacio de mi hija, cedió. Los llantos de
mi pequeña cesaron y la nena cayó en un profundo sueño hasta el otro día.
Tras
limpiar energéticamente el lugar, también yo me quedé profundamente dormido.
Esa noche soñé que me encontraba impartiendo Reiki en la casa, cerca de la cuna
de mi niña. En el sitio, encontraba a otra niña que no era mi hija: era un
fantasma a quien le pedía que se retirara. La pequeña desconocida comenzaba a
llorar, resistiéndose a alajarse y luego se iba de modo definitivo. Todavía en
el sueño, alcanzaba a darme cuenta que aquella niña extraña era una Entidad
Energética Parasitaria, quien gustaba de introducirse en el cuerpo de mi niña,
inquietándola para hacerla llorar desesperada, y propiciar que yo acudiera a
consolarla, abrazarla, acariciarla y dormirla. Pienso que se trataba de una
Entidad Parasitaria Fantasma que gustaba de alimentarse no sólo de la energía
de mi hija, sino de la mía cuando yo acudía a consolarla y protegerla.
De
esa manera, muchas Entidades Energéticas Parasitarias gustan de alojarse en los
organismos de diversas víctimas, aprovechando ciertos órganos de sus cuerpos
que se encuentran especialmente debilitados: el estómago, la columna vertebral,
el sexo, el vaso, la boca, el corazón, la garganta, los intestinos, etc. Entrando
en sus cuerpos sobre todo durante el sueño, cuando la víctima se encuentra
inconsciente, o en momentos en que gasta inútilmente su energía hablando mal de
otros, comiendo mal, metiéndose en lo que no le incumbe o practicando actos
degradantes. Albergándose de un modo que pocos médicos y terapeutas son capaces
de detectar, ignorando que el padecimiento de gran cantidad de pacientes no
sólo es físico o emocional, sino de origen espiritual y energético.
Viviendo
a modo de parásitos, sin ser detectados, llegan no sólo a alimentarse de la
energía del cuerpo físico y astral de la víctima, sino que con el paso del
tiempo logran apoderarse de su voluntad por completo, haciéndolo reaccionar,
pensar y sentir no cómo debería hacerlo la persona en cuestión, sino a placer del
Ser Energético Parásito que lo habita o
que le ha invadido. Muchas de estas Entidades Energéticas no abandonan a su
víctima sino hasta haberla dejado moribunda o muy enferma, cuando ya no les es
útil, partiendo gustosas en busca de un nuevo organismo al cual atacar o meter
en dificultades.
No
es ninguna novedad la cuestión de que la mayor parte de nosotros no vivimos
nuestra vida real ni verdadera, sino que luchamos y morimos por defender las
ideas de otros y por vivir la vida de terceros, a quienes en ocasiones no
conocemos. Obedeciendo ciegamente reglas, consignas y mandamientos de las
cuales ignoramos su origen e intenciones. Muchas explicaciones sobre las falsas
ideologías de derecha e izquierda por las cuales se vive y muere hoy inútilmente, de los espejismos
producidos por las religiones modernas, el consumismo y el capitalismo, podrían encontrar una
explicación interesante desde el plano energético.
REIKI BIRDS
3. El Reiki como Alternativa de
Protección Energética
Al utilizar el Reiki lo que se hace
es una limpieza energética en varios planos: físico, celular, vibratorio,
energético, pero también espiritual. Pues el terapeuta Reiki parte del
presupuesto de que todos los seres poseen un cuerpo que no sólo es fisiológico,
sino también astral. Cada uno de los siete chakras
del organismo vivo tiene su corolario en el plano astral, reflejándose en su
aura. La cual puede ser sentida por el médico reikiano bien entrenado, e
incluso medida y estudiada mediante diversas técnicas.
Al
vivir y experimentar una sesión de Reiki, el terapeuta limpia no sólo el
aspecto físico del paciente, sino también sus cuerpos energéticos, su aura.
Al
ser liberada, canalizada y limpiada la energía de un organismo, todos aquellos
residuos o excedentes energéticos, incluso los parásitos, no encontrarán puntos
débiles de los cuales aferrarse, viéndose obligados a reabsorberse o
reintegrarse al Universo. Como siempre debió ser. Mientras mejor magnetizado y
cargado se encuentre un organismo, menos probabilidades tendrá de ser invadido
o atacado por la energía de otras personas mal intencionadas e incluso de seres
de planos vibratorios más bajos: fantasmas, entidades energéticas parasitarias,
etc.
Diversas
técnicas energéticas desde la antigüedad, tenían la finalidad de limpiar y
producir un cuidado energético o espiritual: las limpias por medio de huevos,
plumas y manojos de hiervas finas por parte de chamanes y brujos; los baños de
pié y cuerpo completo, practicadas en el judaísmo esotérico y el cristianismo
primitivo; la oración, los cánticos sagrados, la musicoterapia, la música
sagrada, la meditación, el yoga, etc.
Por
desgracia, la necesidad de autoprotección e higiene espiritual que poseían las
tradiciones ancestrales se ha perdido, siendo suplidas por rituales mecánicos y
repetitivos de los cuales ni los propios oficiadores, presuntos maestros y
supuestos guías, conocen su historia antigua, mucho menos su significado
esotérico. Todos estos ritos practicados por las religiones modernas, no sólo
eclesiásticas sino políticas, de consumo masivo y mercadológico, no alcanzan a
cubrir la necesidad de cuidado e higiene espiritual que cada cual debe poner
hacia su propia individualidad.
La
necesidad de Autoprotección y Autocuidado Espiritual, en estos días es
responsabilidad, como casi todo, de cada uno y de cada cual, y el Reiki, junto
con otras técnicas terapéuticas, puede resultar una excelente alternativa para
limpiarse y recargarse energéticamente.
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