Adan de Abajo

Desde la antiguedad los alquimistas intuían la presencia del OTRO YO, nombrándolo Adán de Abajo. El psicoanálisis más tarde lo bautizaría como Inconsciente.

miércoles, 23 de abril de 2014

MAURICE NICOLL: El Nieto de las Estrellas


 El Dr. Maurice Nicoll



1.

Hay una vieja teoría psicológica que dice que una parte del ser humano proviene de las estrellas, esta parte del hombre es conocida  como la esencia. En un primer momento del desarrollo humano, durante la infancia, el niño es esencia pura: inocencia, libertad, ímpetu, espontaneidad, juego, creación. Empero, si la esencia predominara durante mucho tiempo, el niño ostentaría demasiada ingenuidad, al punto de ser destruido por los obstáculos y la agresividad del mundo. Se convertiría en un inadaptado, en un salvaje pueril y bruto, o perecería antes de pasar a otra etapa de su vida, víctima de la malicia de su entorno.

Por lo tanto, debe desarrollar la parte social de su ser: la personalidad. Proporcionada por su familia, la escuela, la iglesia y otras instituciones socializadoras. Misma que le permite adaptarse a su mundo circundante, formarse, especializarse, integrarse y cumplir un rol en la vida.

Corriendo el riesgo de encasillarse en ése mismo rol e identificarse con él sin remedio, al punto de matar su esencia. Es de hecho una forma en que mucha gente sigue viviendo, habitando un cuerpo y jugando un papel que le asignaron, si no es que se lo impusieron, pero estando muerto interiormente. No habría mejor definición que la de un zombi para ese estado.

Muchas personas quienes son exitosas desde el punto de vista de la personalidad y la sociedad: grandes profesionistas, empresarios, investigadores universitarios, ministros religiosos, políticos, personajes de la cultura, artistas, líderes sociales, etc., hace mucho tiempo que mataron su esencia y la enterraron en el camino de encumbrarse con los éxitos exteriores.

La teoría psicológica que habla sobre la esencia y su diferencia con la personalidad es El Cuarto Camino. Algunos dicen que ésta escuela contiene los secretos del Cristianismo Esotérico, en el cual se formaron Juan el Bautista y  Jesús de Nazaret, por ejemplo, no el cristianismo de las iglesias e instituciones. Sino el cristianismo como un camino interior milenario, que preparaba a sus seguidores como guerreros espirituales, muy atentos para luchar contra sí mismos y sus propias debilidades.

2.

El joven médico inglés había sido voluntario en la Primera Guerra, cuando tenía veinte años. Estuvo en una misión en Marruecos, fungiendo como cirujano. Al regresar a Europa, algo en su espíritu se había quebrado. La medicina tradicionalista e institucional no le llenaba más. Por eso acudió a Suiza, primero como paciente del prestigioso psiquiatra Carl Gustav Jung, luego como su alumno. La Psicología Profunda junguiana lo atrapó de inicio, y durante casi una década paso largas horas analizando los símbolos de sus sueños y de muchos pacientes. Convirtiéndose en uno de los estudiantes más cercanos de Jung.

Pero al cumplir los 33, algo volvió a quedarse sin encajar en su interior. Justo después de casarse con la mujer a quien amaba. Repentinamente todo el psicoanálisis y la psicología occidental le parecían huecos, como un conjunto de elaboraciones literarias que no tenían nada de fondo y que tampoco se sostenían sobre nada concreto. Un montón de fantasías y masturbaciones mentales que no poseían absolutamente ninguna solidez.

Abandono la escuela de Jung, e intentó seguir su camino por su propia cuenta.

Entonces oyó hablar de un psicólogo diferente. Su joven esposa se lo describió como un psicólogo y matemático autodidacta. Había huido del estalinismo unos años atrás y a su vez fue alumno de uno de los más grandes magos y psicólogos de todos los tiempos: George Gurdjieff.

Al joven doctor Maurice Nicoll, la presencia del psicólogo Piotr Ouspensky le resultó hosca y en extremo seria, al punto de sentir en un inicio que se encontraba frente a otro de los muchos investigadores librescos y acartonados, de los muchos que conoció en su vida. Y vaya que el doctor Nicoll había aprendido a confiar en su corazón más que en ninguna otra cosa.

Pero al irlo escuchando hablar, tuvo precisamente en su corazón, la certeza de encontrarse frente a un sistema de conocimiento por completo novedoso. En ése entonces nadie diría que en unos años ambos llegarían a ser grandes amigos.


GURDJIEFF, OUSPENSKY Y COLLS


3.

Ouspensky les explicó que la tercera etapa del desarrollo humano, cuando el hombre ya ha conseguido construir una personalidad culta, analítica, observadora y refinada, consiste en recuperar la esencia, perdida desde la infancia. Pero ahora debe matar su personalidad de cierta manera. Debe estar desilusionado por una parte de todas las enseñanzas religiosas que le pueden proporcionar las iglesias comunes, por una parte, y por otra, desilusionado también  de las certezas que le pudiesen dar los conocimientos de las ciencias y las universidades, tal como las conocemos hoy en día. En una palabra, por completo decepcionado e incrédulo de todo lo conocido, sabiendo que no se sabe nada, como señaló Sócrates en su tiempo. Y así se encontraba precisamente el joven psiquiatra Maurice Nicoll.

El Cuarto Camino requería haber conseguido previamente una personalidad culta y especializada, habilidosa en variados campos del conocimiento, pues sin ella no se lograría la comprensión psicológica indispensable. Y una comprensión profunda y sincera era el instrumento fundamental para ir entrando en el Cuarto Camino, a diferencia de otros caminos espirituales como el yoga o la meditación, en donde sólo era requisito obedecer las palabras de un gurú al pie de la letra.

En el Cuarto Camino no se podía obtener nada si antes no se comprendía cabalmente cada una de las etapas del mismo. Saber que no se era ni se tenía nada. En cierto modo, tras conseguir una personalidad sólida y elaborada, el adepto del Cuarto Camino, en la tercera etapa, si quería evolucionar, debía transformar su personalidad y renunciar a ella para lograr fusionarla con su esencia perdida.

Ouspensky había sido uno de los alumnos más cercanos de Gurdjieff. En un momento dado, pocos años antes, había recibido el consentimiento del propio mago Gurdjieff para enseñar las ideas del Cuarto Camino por su propia cuenta y de manera independiente.

En pocos años y tras arduo trabajo psicológico, Maurice Nicoll recibiría a su vez el consentimiento de Ouspensky para escribir, enseñar y divulgar las  mismas ideas. Se volvería por su parte una especia de nieto de Gurdjieff, o de alumno de tercera generación del Cuarto Camino.

4.

Si se pudiera resumir la finalidad del Cuarto Camino, dice Maurice Nicoll, sería la de descubrir en uno mismo, el sendero que lo lleva de regreso a casa. Si la esencia, o el alma humana provienen del as estrellas, como se dijo al inicio, el trabajo del Cuarto Camino consta de ayudar al espíritu humano a realizar el viaje de regreso a su hogar.

lunes, 14 de abril de 2014

LOS ORÍGENES DE LAS RUNAS Y SUS SEMEJANZAS CON EL TAROT


JUEGO DE RUNAS CON SU CAJITA DE ABEDÚL


1

Poco se sabe de su procedencia. Al igual que muchos sistemas espirituales de la antigüedad, como el Tarot, el I Chin y la Cábala.

Sobre todo entre los más interesantes y sólidos de estos, los mitos señalan que fueron transmitidos a los seres humanos por divinidades o semidioses. En el caso de la Cábala, por ejemplo, que fue escrita por la mano del mismo Jehová.

Una de las historias cuenta que las Runas fueron llevadas desde el Mediterráneo, y probablemente desde más lejos, de Egipto, por uno de estos semidioses u hombres divinidades: Odín. Quien ya establecido en el Norte de Europa, en tierras Célticas y vikingas, las entregó a los magos de estos pueblos.

Supuestamente, Odín fue un sabio quien había recorrido el mundo Antiguo colectando sabiduría y conocimientos sobre magia y medicina. Después los lego a diferentes pueblos, según sus necesidades.

Algunos especialistas de la arqueología, el esoterismo, la mitología y la psicología profunda, equiparan a Odín con el dios Toth, (por cierto, presunto creador del Tarot, con el cual las Runas también poseen cierto paralelismo), quien a su vez estaba bastante emparentado con Hermes Trimegisto (fundador de la Sabiduría Hermética) y con el profeta Abraham. De quien  el psicólogo ruso Piotr Ouspensky dice, por su parte, que junto con el Rey Salomón, el Rey David, Juan el Bautista y Jesús, pertenecían a una milenaria escuela ocultista de Oriente. También se equipara a todos estos personajes con Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada de los Toltecas: el maestro de todos los nahuales mesoamericanos.

En resumidas cuentas, que no parecemos estar tan errados al sospechar, que tanto Odín como Hermes, Abraham y Quetzalcóatl, pudiesen haber sido la misma entidad que vivió y enseñó en diferentes pueblos, lugares y tiempos históricos de la humanidad.

2

LA RUNA BLANCA O DE ODÍN


La Runa número 25, la última, conocida como la Runa Blanca o 0, tiene el nombre de su creador: la Runa de Odín. Es la Runa de la realización total.

Si le aparece a alguien durante una tirada, se le anuncia estar ante su verdadero camino, el camino de su corazón. El descubrimiento de que Odín habita dentro de él, algo muy parecido a lo que algunas religiones de Oriente como el Budismo llaman el despertar.

La Runa Blanca tiene bastante parecido energético y simbólico con el último de los arcanos del Tarot: el Mundo, el florecimiento del Dios interior, quien es capaz de crearse a sí mismo y sintetizar todos los elementos de la naturaleza, dispersos en el resto de los arcanos anteriores. El Mundo o la carta XXI del Tarot y la Runa del Dios Odín, coinciden plenamente en ser ambos los arquetipos de la realización completa del alma, dormida, pero activada, resurgida y resucitada desde un arcano anterior: el XX o el Juicio, también conocido en antiguas versiones de Tarots como la Resurrección de los Muertos.

Del mismo modo que el Tarot nos cuenta el largo recorrido del alma humana, desde sus orígenes indiferenciados  con el universo donde se gesto: en los ases y el Loco (Arcano Mayor 0) hasta convertirse en Guerrero Espiritual con las figuras de los Caballeros, los Números Cincos, La Templanza, en los Arcanos Mayores, El Carro, el Papa y el Ermitaño. Con quienes el espíritu del hombre logra, tras largo esfuerzo, alcanzar su individualidad.

También las Runas nos hablan de un camino espiritual que el hombre debe recorrer desde su nacimiento, como parte de innegable de toda la Humanidad, con la Runa Manhaz. Pasando por severos y durísimos obstáculos antes de llegar a ser un vikingo adulto y alcanzar primero la Runa del Guerrero: la Lanza, y luego a Thuritzal, o el martillo del Dios Thor. Quien por cierto, fue el hijo predilecto de Odín. Mucho antes de llegar a la Runa Blanca. De la cual hemos hablado.

Ambos sistemas, tanto las Runas como el Tarot, coinciden en revelarnos, de forma sutil y sugerente, pero inequívoca, pistas de lo que antaño fue un antiguo camino que las personas debían, si es que lo querían con todo el corazón, recorrer antes de convertirse en guerreros espirituales completos y finalmente despertar a su Dios Interior.

Ambos fueron creados para constituirse en mapas espirituales que llevaban a los hombres antiguos en primer lugar, a descubrir que el mundo que les rodeaba consistía en puras apariencias. En segundo, a buscar a toda costa descubrir qué había más allá del velo de dichas apariencias. Y por último, despertar sus poderes interiores hasta constituir un sol en su interior, el descubrimiento de que Odín o Dios, habitan dentro de él. El surgimiento de su Cuerpo Solar.


THEIWAZ O LA RUNA DEL GUERRERO


3

Las Runas son un antiguo sistema alfabético que no sólo se utilizaba para escribir de manera corriente, sino principalmente para transmitir conocimientos secretos y mágicos. También para curar, proteger, conjurar y defenderse energéticamente.

La perfección del diseño artístico de cada Runa y del orden con que están interrelacionadas como un sistema que es un pequeño universo, sorprende a la vez por su sencillez y armonía. Desde Manhaz, que es la primera, hasta la última, la de Odín, que encarna la totalidad, consiste en un universo de perfección. Del mismo modo que otros Libros Sagrados como el I Chin, el Tarot y la Biblia. Basta extraer una sola para entrar en contacto con algo que no fue creado por seres humanos comunes, haciéndonos sospechar que fueron concebidas por mentes que de ningún modo eran de este mundo.

Originalmente eran 25. Aunque con el paso de los siglos su número se fue reduciendo, hasta el punto de que en la Alta Edad Media, en Inglaterra, sólo quedaban 16 caracteres en el alfabeto rúnico. Es este sistema de 16 letras el que luego adopto y puso de moda la New Age de los años 60.

Para leerlas, en el sistema antiguo se sacaban de una en una de una bolsita o talega de cuero que el runamel o druida siempre llevaba consigo, cargándolas con su energía espiritual y corporal todo el tiempo. Se acomodaban e interpretaban siempre de derecha a izquierda, al revés que en el Tarot. Lo cual nos habla de lo diferentes que eran a nosotros, esos hombres antiguos y sencillos que las crearon y las utilizaban para curar y hacer magia.