Adan de Abajo

Desde la antiguedad los alquimistas intuían la presencia del OTRO YO, nombrándolo Adán de Abajo. El psicoanálisis más tarde lo bautizaría como Inconsciente.

martes, 25 de diciembre de 2012

WILHELM REICH: Defensor de las ninfómanas


                                                            WILHELM REICH en Paloalto California
 

 
La necesidad biológica de la expansión de la vida.

La distorsión del despliegue de la vida en ascetismo,

en estructuras autoriatarias y en negación de la vida

puede aparecer de nuevo;

pero las fuerzas naturales del hombre triunfarán, al fin,

en la unidad de la naturaleza y la cultura.

 

(WILHELM REICH –La Revolución Sexual)

 

 

1.    El psicoanálisis contra la sexualidad

 

No podía dejar de acostarse con cuanto hombre se le atravesaba. Era bonita y lista, buena lectora y conversadora, no carecía de recursos seductivos. Y sabía utilizarlos para encamarse con quien quería. Llamémosla sencillamente: Raquel.

Al inicio ocurrió con sus compañeros de Liceo, con sus vecinos del antiguo edificio habitado por estudiantes, muchos de ellos colegas de clase (no dejo ninguno vivo). Luego con un primo, con quien sostuvo un prolongado y tortuoso amorío, al mismo tiempo que recorría las habitaciones de los estudiantes una por una. Fue una relación plagada de excesos, que incluyeron masoquismo y sadismo en destructivas dosis. Hasta que logró abandonarlo, casi tocando fondo y habiendo sufrido severas lesiones en todo el cuerpo y el sexo, tras intensos frenesís extáticos.

Intentó discreción al máximo, falló. Las habladurías la obligaron a abandonar sus estudios en humanidades. Tuvo que dejar la ciudad e irse a vivir a un poblado en el campo, donde nadie la conocía. Se empleó en una lavandería. Ahí prosiguió con su gusto insaciable por los hombres, cambiando el tipo de comensales por obreros y granjeros. Esto pareció no importarle tanto. El sexo se le había vuelto un hábito, una droga, el asunto más importante en su vida. A veces eran los mismos amantes, algunos recurrentes, casi siempre se trataba de la búsqueda de nuevos prospectos para la cama. El esfuerzo implacable por lo novedoso.

Durante un tiempo, Raquel mantuvo con éxito una relación estable con un chico de su agrado: un atractivo poeta y obrero de su edad, de quien logró encariñarse. Brindándole cierta tranquilidad y paz momentáneos. Pero recayó en el gusto por las relaciones sexuales furtivas y casuales, no exentas de cierta violencia. La relación con el chico se perdió sin remedio, fracturándose al no poder acallar las habladurías y chismes.

            Visitó a varios psicoanalistas y médicos, en ese entonces todos pertenecientes a la Sociedad Psicoanalítica Vienesa. Su caso llegó a oídos del mismísimo
Sigmund Freud, quien lo tomó con cierto sentido del humor, incluso a manera de broma, apoyado por el coro de sus fieles súbditos.

Hasta entonces la ninfomanía era considerada incurable por el psicoanálisis. Aunque parezca paradójico, e incluso irrisorio: las ninfómanas eran juzgadas hasta cierto punto “inmorales” por los propios psicoanalistas y seguidores de Freud. Era un caso semejante al de los homosexuales, a quienes por aquellas fechas se les negaba el tratamiento psicoanalítico por prescripción de su propio fundador.

No seremos los primeros en encontrar similitudes entre la cerrazón del patriarca Sigmund Freud y los profetas del Antiguo Testamento.

Cabe aclarar que para entonces muy pocos se atrevían siquiera a cuestionar un poco los juicios, las teorías y la figura de Freud.

Sigmund comenzaba, con justicia y tras una larga lucha de años, a ganar la batalla contra el mundo de la medicina tradicionalista, demostrando el papel innegable de la vida anímica en las enfermedades. Aún así, el psicoanálisis no estaba exento de prejuicios sexuales y prescripciones morales. Por desgracia, muchos de los psicoanalistas comenzaban a volverse los censores y represores morales contra los que el propio psicoanálisis había luchado desde dos décadas atrás. El psicoanálisis se volvía en contra de la propia libertad sexual en pro de la cual había nacido.

2 La Rebelión contra el Patriarca

Fue un joven egresado de medicina quien le proporcionó una perspectiva diferente.

            Wilhelm Reich era un hijo de militar de origen humilde. Él mismo había estado en el ejército casi cinco años, a donde había ingresado con la inquietud de aprender medicina e ingeniería. Su búsqueda era intelectual, del mismo modo que emocional y sexual. Quería aprender de la vida, de los libros y liberarse de sus propias represiones e inhibiciones. Sus inmensas lecturas y viajes intelectuales lo alejaron de la milicia y lo sumergieron en la ciencia y la investigación independiente.

            Reich organizó un seminario sobre sexología en el sótano de un laboratorio químico. Al inicio estudiaron el sexo desde una perspectiva meramente anatómica y médica, luego coquetearon con el psicoanálisis.

            Freud les sugirió y obsequió lecturas para reorientar sus estudios. Fue un paso casi natural que el joven médico y ex militar se volviera también discípulo y aprendiz del patriarca del psicoanálisis.

            Al inicio su veneración hacia la figura de Freud fue casi total: Reich lo describe como un hombre inteligentísimo, implacable con sus detractores y críticos, así como agudo investigador y atento a los detalles.

            En un momento dado, fue el propio Sigmund Freud quien derivó a Raquel para que Reich la tratara en su consulta privada. Fue el inicio de la ruptura.

            A partir del trabajo clínico y las observaciones no sólo hacia el caso de la ninfómana, sino hacia muchos otros pacientes quienes sufrían de impotencia sexual, disfunción eréctil, frigidez, vaginismo, etc., Reich comenzaría la redacción de una de sus obras maestras: La Función del Orgasmo.

            Sabía las reacciones que su trabajo ocasionaría y la propia acogida que se le daría: bastante negativa, no sólo por parte de la comunidad médica y psicológica, conocidamente conservadora y mojigata, sino de los propios psicoanalistas. Las conclusiones y observaciones de Reich hacían fuerte mella en el papel de la sociedad como represora  y deformadora de la sexualidad humana, así como lanzaban duras críticas al mismo psicoanálisis por obviar e ignorar el papel del orgasmo y de la gratificación sexual en la salud de los hombres.

            La hipótesis fundamental del Reich consistía en brindar a la falta de satisfacción sexual, específicamente orgásmica, un papel primordial en las neurosis y en una basta gama de enfermedades mentales  y físicas: el asma,  la depresión, el cáncer, la esquizofrenia, etc. Se hablaba de una cultura asexuada, reprimida, insatisfecha y enferma por la carencia de orgasmos.

            Al aparecer su libro, las reacciones no se hicieron esperar, la oposición con el padre del psicoanálisis surgió inmediatamente. Freud soltó furibundas críticas, acompañado por las voces del resto de sus alumnos, en aquel momento casi nadie, más que sus pacientes comprendían la propuesta de Wilhelm Reich. Los psicoanalistas ortodoxos hablaban ciertamente del papel de la represión sexual, pero desde un punto de vista del inconsciente. Meramente teórico. De ningún modo se involucraban con el papel concreto y directo de la genitalidad y propiamente del orgasmo, que incluso les escandalizaba y producía escozor con el simple hecho de hablar de él.

            Reich fue echado de la Sociedad Psicoanalítica, pero sus pacientes no lo abandonaron, su consulta creció, también el número de sus lectores y de sus libros, que se multiplicaron con el paso de los años.

En el caso de Raquel, Reich fue el primero en notar el papel de la angustia enorme que le produciría la falta de un orgasmo a la chica. El cual la impelería a acostarse con uno y otro hombre, sin encontrar una satisfacción plena, biológica y emocional. La ninfómana se acostaba innumerables ocasiones en la búsqueda de un orgasmo que nunca había llegado.

            Reich creo a partir de entonces una terapia psico-corporal que iba directamente encaminada a que los pacientes lograran una descarga orgiástica biológica, afectiva y mental absoluta, aliviando todas las tensiones, culpas, y liberándose de sus corazas y armaduras mortales. Según Reich, al obtener un orgasmo pleno y absoluto, el tiempo psicológico del paciente se actualizaba, superando de golpe su complejo de Edipo y todas sus inhibiciones.

3.    Los hombres que se vuelven inmortales

Freud se volvió una figura innegable, y uno de los padres para la psicología y la psicoterapia. Empero, muchos de los seguidores que lo corearan y siguieran fielmente hasta la muerte, caerían en el olvido irremediable.

            Con la Segunda Guerra, Reich también emigró, abandonando Europa y refugiándose  en California, en los Estados Unidos, junto con toda una serie de personalidades quienes conformarían en panorama de la denominada Contracultura en los cincuenta y sesenta.

            Prosiguió dando conferencias, escribiendo libros fundamentales, como La Revolución Sexual, e inventando aparatos y técnicas para la terapia sexual. En un momento dado, llegó a postular la hipótesis del Orgón, la cual habla de un tipo particular de energía sexual que anima y fluye no sólo en la vida de los hombres, sino mueve y potencia la vida misma del universo. El secreto de la vida, era para él la sexualidad que estaba en todas partes.

            En los sesentas fue acusado de prácticas indecentes y de corromper a la juventud, tras declarársele culpable de subversión y faltas a la moral, lo encerraron en prisión, donde murió de un infarto al miocardio. Por su parte, tras encontrar el buscado orgasmo, Raquel logró terminar sus estudios y establecerse como esposa y madre de familia.

            El psicólogo Piotr Ouspensky señala que los hombres verdaderamente grandes, son reconocidos hasta mucho tiempo después de su muerte.

domingo, 21 de octubre de 2012

INICIACIÓN AL TAROT

 
INICIACIÓN AL TAROT:
 
LUGAR:
Centro Psicoterapéutico Cuarto Camino: López Cotilla No. 862. Col. Americana. Guadalajara Jalisco, México.
 
FECHA: Cuatro sesiones de dos horas a partir del Sabado 27 de Octubre de 2012. De 6 a 8 pm.
 
  • Los participantes conocerán el significado de la totalidad de los Arcanos que conforman el Tarot, pasando por la numerología básica con que el mismo se encuentra organizado.

    Así mismo aprenderán y ejercitarán una diversidad de tiradas y lecturas con fines terapéuticos y de diagnóstico de la personalidad humana.

    Será un taller práctico-vivencial, dividido en 4 sesiones, los sábados de 6 a 8 pm. Con un costo de 600 pesos todo el proceso.

    Los interesados deberán adquirir por su cuenta propia un Tarot, preferentemente de Marsella, para poder iniciar con su trabajo.

    Impartido por: Carlos Filiberto Cuéllar: escritor, tarotista y psicoterapeuta.
    Info. 044 331 327 19 55
  • viernes, 19 de octubre de 2012

    Una Psicoterapia Mexicana Perenne


                                                                  LA FILOSOFÍA PERENNE
    No se le puede, ni se le debe exigir a todo el mundo asistir a psicoterapia. Aunque parezca que lo requieran.

                Existe aquel quien jamás se ha sentado en un consultorio terapéutico como paciente, y sin embargo, ejerce sin prejuicios el oficio de ayudar y asesorar a otros. Es respetable y posible, pero también cuestionable. Pensar que lo que hace uno es absoluto e irrefutable, y que no requiere de ningún modo la retroalimentación ni el punto de vista externo de colegas más experimentados, simplemente más objetivos por poseer una mirada externa y distinta a la propia. El ser humano crece a partir del diálogo, y la terapia es un ejemplo de diálogo con fines de auto observación. Para curar, permite asumir puntos de vista distintos y crecientemente amplios, a partir de salirse de uno mismo, superar el egocentrismo y asumir que existe el otro.

                En mis años de estudiante y en los periodos posteriores a la universidad, asistí con muchos y diversos terapeutas, representantes de los más variopintos enfoques: psicoanalistas, humanistas, constructivistas, ecologistas, etc. Cada uno sembró algo positivo y permanente en mí, que seguramente se refleja no sólo en mi persona, en mi vida cotidiana, sino también en mi trabajo como psicoterapeuta.

                Debo acumular, según mis cálculos, un background de cuando menos unos diez psicólogos y psicoterapeutas con quienes asistí en algún momento de mi vida para asesorarme sobre asuntos emocionales, personales o profesionales. De  ningún modo afirmo dogmáticamente, a partir de ello, que todo mundo tenga que asistir a psicoterapia de forma obligada. Pero sí soy defensor de que haya un compromiso de analizarse, revisarse a sí mismo y confrontarse sin piedad con la ayuda de un colega más experimentado: asistir a terapia pues, si se piensa dedicarse a ella y asesorar luego a otros seres humanos.

                Al primero de ellos a quien tengo presente, al pensar en mis principales maestros de la vida y terapeutas, es Víctor Fuentes. No era un psicólogo académico, como la gran mayoría, pero sí un gran psicólogo de la vida. Maestro de artes marciales en su juventud y de yoga. Llegó a la psicoterapia a través de sus lecturas autodidactas de Fritz Perls y de Richard Bandler, formándose como hipnoterapeuta y constelador familiar posteriormente.

                Víctor fue el primero que me permitió romper con la academia. Haciéndome dar cuenta de  cómo los años dentro de una universidad, primero como estudiante, luego como profesor, habían hecho mi vida más rígida y amurallada, lejos de volverme más libre y sabio como siempre anhelé desde el bachillerato, cuando soñaba con volverme escritor y combinar la escritura con la música y la terapia. A varios años de haberlo conocido y haber ido a su consultorio, me parece que con él fue con quien comencé a darme cuenta que el verdadero conocimiento se encontraba en todas partes, incluso en las calles, en el campo, en los mercados ambulantes y los barrios, menos en las universidades y las instituciones educativas. Del mismo modo, que al parecer, Dios, Jesús o Buda, se encontraban en cualquier lado, menos en las iglesias, templos y organizaciones que se autoerigían como dueñas absolutas de sus nombres y  enseñanzas.

                Quien me ayudó a romper con la “coraza académica”, a darle el tiro de gracia definitivo, fue Alejandro de Jerusalem. Antropólogo, yogui y psicoanalista, formado en la escuela de Erich Fromm durante los años sesentas y con Alexander Lowen en los Estados Unidos. Dedicado a combinar el psicoanálisis con la yoga, el Budismo Zen, la meditación y la enseñanza de la música. Nacido en Hebrón, Israel, ciudadano de España, de México y de Oriente Medio.

                Jerusalem fue quien mayormente me animó a tomar la decisión final de renunciar a mi plaza en la Universidad de Guadalajara, si es que en algún momento pretendía evolucionar emocional y espiritualmente, y aprender a vivir por mi cuenta, sobreviviendo con exclusividad de mis conocimientos como terapeuta independiente y escritor psicológico. Lo  encontré en el momento en que el conocimiento académico ya no me daba para más, el momento justo en que necesitaba dar un giro radical a mi vida. Coincidimos en plena calle, mientras él impartía sus clases de dibujo y violín en una plaza pública.

                Una psicoterapia mexicana perenne sería aquella que precisamente contribuyera a quebrantar las corazas, dogmas y creencias fijas que se le forjan a la gente a lo largo de años de pertenecer a una familia, asistir a una determinada escuela, universidad o iglesia. Desde la antigüedad, la finalidad de las filosofías y conocimientos perennes consistía en liberar a las personas de las ataduras familiares y sociales, en “desinstitucionalizar” a aquellos quienes desearan ser iniciados o convertirse en estudiantes de los  grandes sabios, curanderos, guías y chamanes.

                Desde las escuelas filosóficas más antiguas se hablaba de un proceso de purificación, que no consistía más que en la ruptura de los viejos esquemas para comprender el mundo, por parte del aprendiz. Proceso nada sencillo, de cualquier manera.

                He visto grandes y viejos terapeutas asumir humildemente, una y otra vez, a pesar de sus conocimientos y experiencia, el papel de pacientes, animándose a cambiar su visión de la vida, pese a sus años, ganándose mi admiración.

    Con Alejandro de Jerusalem fui primero aprendiz de psicoanalista, luego paciente, y por último, estudiante de violín. Y ahí vamos.

               

     

    miércoles, 10 de octubre de 2012

    CRISTÓBAL JODOROWSKY: SOBREVIVIR LA MUERTE DE UN ÁNGEL

                                                        CRISTÓBAL JODOROWSKY, EN SANTA SANGRE.



    Cada uno es responsable del mundo en que quiere vivir

    y decide cómo vivirlo, con milagro o con pesadilla, lúcido o dormido,

    como un ser de negatividad o como un ser de reluciente magia.

    Claro que la pesadilla es más fácil, puesto que ésta

    nunca nos parece una creación nuestra

    y no nos sentimos responsables.

     

    (CRISTÓBAL JODOROWSKY –El Collar del Tigre)

     

     

    Dedicado con muchísimo amor a mi hermano Rodolfo: tarotista, violinista,

    cantante, compañero de charlas y caminatas,  queridísimo ángel, ya elevado.

     

     
    1.    Sobrevivir la muerte de un ángel

    “El tiempo de paz es cuando los hijos entierran a sus padres. El tiempo de guerra es cuando los padres entierran a los hijos”. Dice Cristóbal Jodorowsky, el hijo de Alejandro y de Valerie, en su libro: El Collar del Tigre. Mismo que se encuentra gratuito y disponible para su descarga en la web.

    Es demasiado triste cuando la gente más vieja se ve obligada a enterrar a sus familiares jóvenes: cuando los hijos y los nietos fallecen a los diez y tantos de edad, a los veinte y poco más. O aún más jóvenes e inexpertos de la vida. Estos son los momentos de guerra, según Jodorowsky hijo.  Desde épocas muy antiguas no es lo esperado, empero, en un mundo antinatural, es lo natural, a veces. Ello indica que algo no está bien, sobre todo a nivel  del árbol genealógico y la estructura familiar. La gente que muere demasiado joven, sin haberse enamorado, o sin haber conocido casi nada, en ocasiones se encuentra poseída por el fantasma de un ancestro, repitiendo inconscientemente la biografía de un pariente lejano, quien también desapareció a temprana edad. Presumiblemente de la misma enfermedad o en un siniestro análogo al de su predecesor. De hecho casi todos nosotros nos encontramos poseídos por nuestros ancestros, dominados por voluntades que en realidad no nos pertenecen. Gastando nuestras energías en vivir la vida de otros. Aunque  soñemos ilusamente que nuestras decisiones son libres y nuestra visión del mundo única e irrebatible. De aquí que técnicas terapéuticas actuales como las Constelaciones Familiares, la Psicomagia, la Psicogenealogía y el Psicochamanismo, vayan dirigidos a la sanación del árbol genealógico.  Según estas perspectivas, a la vez novedosas y milenarias, el hombre sano, el iluminado, es aquel quien ha conseguido liberarse de las voces internas de sus padres y ancestros que lo controlan y que de ningún modo son suyas. Exorcizando a su verdadero Ser Esencial.

    Sin formularlo conscientemente y sin proponérselo, los rituales de la magia y el chamanismo ancestral, en parte iban también dirigidos a la expulsión de demonios, a disolver maleficios y maldiciones familiares. Rescatar al iniciado de la influencia nociva de su familia y su sociedad, poniéndolo en el camino de sí mismo, de ser verdaderamente él. En esto consistía el despertar.

    Si Alejandro Jodorowsky es el creador de la Psicomagia, Cristóbal, como buen hijo suyo, no sólo es un gran psicomago, sino que por su propia cuenta ha acuñado el Psicochamanismo. Es un moderno ciberchamán, un psychochaman, del mismo modo que Alan Moore y Grant Morrison: dos Merlines contemporáneos. Entendiendo a estos últimos, como herederos de toda una tradición muy antigua de curanderos, espiritistas, sanadores, artistas y actores de la sabiduría perenne, pero que hacen uso de la tecnología y otras herramientas de la vida actual: la música electrónica, el cómic, el cine, la Internet, la cibernética, los teléfonos móviles, etc. Para orquestar tanto sus actos de sanación y su arte, como para difundir su trabajo y obra. De hecho Cristóbal dedica varias horas a la semana de su tiempo para realizar consultas terapéuticas gratuitas en un foro virtual frente a una webcam.

    Alejandro y Cristóbal Jodorowsky en algún punto de sus vidas debieron sobrevivir la muerte de un ángel.

    Teo era el miembro más joven del clan  Jodorowsky. Tenía veinte y tantos de edad, era actor, boxeador y atleta. Se encontraba trabajando para una importante firma teatral en Europa, viviendo en unión libre con su novia. Cuando lo encontraron muerto de una sobredosis en su apartamento, su pareja llevaba un par de meses de embarazo, preñada con su simiente. Cuando menos les quedaría un ángel como recuerdo del primero.

    Cristóbal se había ido hace más de un año para Chile a emprender una carrera como actor. Al enterarse de la muerte de su hermano más joven, quedó destruido.

    Es difícil superar la muerte de un ser amado. Sin embargo, posee un grado de dificultad extra, cuando el ser amado era mucho más joven que los deudos, casi un niño. Un ángel en realidad. En aquel momento, el padre, Alejandro, se atormentaba y culpabilizaba a sí mismo hasta la muerte. Casi en todos nosotros resurgen añejos sentimientos de culpa en el momento del duelo afectivo, lo bueno y lo malo de nuestros recuerdos junto al ausente.

    Tras varios meses de encierro y depresión, Cristóbal salió de su casa, dispuesto no sólo a asumir el dolor, sino a sanear de golpe y finalmente, su árbol genealógico enfermo, de donde provenía la causa de la muerte de su hermano. Proponiéndole a su padre un acto psicomágico definitivo para limpiar de una vez por todas la historia nociva de su familia. No estaba dispuesto a permitir que siguieran falleciendo injustamente ángeles, querubines y jesucristos entre sus parientes, debido a una genealogía enferma.

    2.    Convertirse en ángel.

    Mi hermano murió igualmente joven, a los 22. Tenía una habilidad nata para leer el Tarot y otra tanta para la música, también era un gran atleta y poseía una hermosa voz de bajo, se preparaba para ser cantante de ópera y violinista. Lo internaron debido a un tumor en los lóbulos frontales, sin cuestionarse si quiera un poco los médicos, acerca de la posibilidad de un tratamiento alternativo. El tumor no era cancerígeno en lo absoluto, pero los médicos, porque no eran doctores de ningún modo como en el sentido antiguo, ignoraban cualquier otra opción que no fuese la violenta intervención quirúrgica. Y lo operaron. Durante los catorce meses posteriores a la cirugía cerebral, que culminaron en su deceso ya inevitable, cada que lo visitaba en casa de mis padres y lo veía postrado en su cama eléctrica, siempre pensé en el libro de Lobsang Rampa: El Tercer Ojo. Si acaso aquella glándula calificada como anómala en su cerebro, no sería más bien parte de los poderes artísticos y espirituales que caracterizaron a mi hermano. Rampa dice que en la India y el Tíbet, los iniciados eran sometidos a una operación secreta, en donde se les injertaba una pequeña estaca de madera, precisamente en la frente, para estimular su visión del otro mundo y sus poderes psíquicos. Mi hermano Rodolfo había ido desarrollando con la ayuda de su guía espiritual, una poderosa intuición: era capaz de hacer parpadear las bombillas de luz y las lámparas tan sólo haciendo un esfuerzo de concentración mental. Tenía amplias facultades para conectarse con la Güija y para leer el Tarot. También se iba convirtiendo en un magistral cantante y violinista. Su Tercer Ojo fue visto bajo la luz del paradigma médico dominante, siempre como un intruso y como algo patológico. Así mismo, Rodolfo era homosexual, y en nuestro árbol genealógico al parecer hay una larga tradición de homosexuales, locos  y artistas incomprendidos. No era el primero que moriría siendo gay, artista marginal y de un tumor en el cerebro dentro de mi familia.
     
                                                                       CRISTÓBAL JODOROSKY EN SU ESTUDIO EN PARÍS.


    Aprendí que el argumento médico siempre consiste en el miedo y en el terror con fines de control, para quebrantar y someter a las personas a su visión súper tomista y minúscula. Si no se hace lo que ellos prescriben, según ellos, sobrevendrá la muerte y el agravamiento de las enfermedades. Rodolfo murió de cualquier manera, a pesar que mis padres, atemorizados por las advertencias y amenazas de los cirujanos, hicieron al pie de la letra todo lo que se les indicó.

    Observé que cuando menos en mi país, existía una siniestra complicidad entre el gremio de los médicos, los políticos, los clérigos y religiosos, para someter, quebrantar, adaptar y reeducar a los pocos individuos que se atrevían a ser distintos y emprender el camino de ser ellos mismos. Si el infierno había sido abolido por decreto papal en los años ochentas, el VIH y la homosexualidad serían los nuevos Avernos y demonios para castigar o perseguir a los que se atrevieran a vivir la totalidad de su ser: sexual, creativa y espiritual.

    El Collar del Tigre de Cristóbal Jodorowsky, cayó en mis manos en el momento más intenso de mi duelo por la perdida de Rodolfo. A pesar de la tristeza y el enojo hacia mis familiares por haber permitido y sido cómplices inconscientes de su muerte, comprendí que al igual que Cristóbal, yo mismo debía emprender la tarea de sanación, perdón y armonía hacia todo mi árbol genealógico, de donde provenía la causa principal de la muerte de mi hermano: de la vergüenza por asumir el verdadero ser, el odio a la homosexualidad, a la sexualidad misma y debido al rechazo total hacia los artistas y los seres libres. En el fondo era un cáncer que no involucraba únicamente a mi familia, sino a toda una sociedad caníbal, represora, castrante y  doble moralista.

    Lo esperado no es que los viejos entierren a sus hijos, como señalé arriba, citando a Cristóbal, sino que éstos lo hagan con los primeros. Hasta el ángel, enviado por Dios, detuvo la mano de Abraham antes de asesinar a su hijo por órdenes suyas en el Antiguo Testamento. Incluso es una obligación ética desobedecer a Dios, si éste ha ordenado un acto injusto y se encuentra de por medio la vida de un inocente o de un cordero. Y esto también se encuentra en la Biblia, sobre todo en los Evangelios.

    Pero al igual que Teo, el hermano de Cristóbal, mi hermano se había convertido en un ángel, no sólo por su belleza física y espiritual, sino por el férreo y doloroso trabajo de haberse atrevido, en su corta vida, a ser él mismo, y de luchar contra lo que fuese, por tal de lograrlo. Hay quien en toda una vida, muchísimo más larga y estéril, no ha hecho ni siquiera un uno por ciento del trabajo y las decisiones que mi hermano asumió para convertirse en un ser auténtico.

    Existe una tradición iniciática antigua, la cual indica que los ángeles no fueron creados por Dios mediante generación espontánea, sino que ellos se hicieron a sí mismos a través de un duro trabajo de perfeccionamiento y purificación. Acercándose gradualmente en cada reencarnación, a su amado Creador. En el Tarot, por ejemplo, la Carta denominada La Templanza, que corresponde al arcano número catorce, habla precisamente de alguien quien mediante un dificultoso trabajo de perfeccionamiento y sanación, se ha convertido en un ángel.

    Transformarse en ángel es uno de los trabajos más difíciles, que puede conllevar el esfuerzo no sólo de una vida, sino de varias reencarnaciones más para purificar y templar la misma alma a lo largo de su larga peregrinación transmigratoria.

    La finalidad de algunas tradiciones esotéricas muy viejas, consistía precisamente en preparar al hombre para la verdadera evolución y el abandono de su condición terrena, para convertirse en ángel. El estado actual del ser humano tal como lo conocemos, no es más que el posible principio de una vida mucho más amplia, plena y rica. Del mismo modo que la crisálida es la antecesora de la mariposa. Aquellos que nombramos ángeles, son el siguiente estadio de la verdadera evolución espiritual.

     Algunos seres como mi hermano, como Teo y como Cristóbal, se encuentran en ése camino. Enriqueciendo y nutriendo la vida de aquellos quienes tenemos el privilegio de haberlos conocido, coincidido en nuestras vidas o contactado con su obra.

    3.    La muerte del Toro

    Cristóbal casi se muere de miedo al coger la pistola eléctrica para matar reces, en aquel rastro de algún barrio en París. Había acudido expresamente para realizar un acto psicochamánico: asesinar de un golpe a un toro, con la ayuda de un antiguo compañero de escuela, carnicero y actor. La finalidad era recuperar metafóricamente su propia virilidad y resarcirse a sí mismo de las crueldades inconscientes de su padre hacia él durante la infancia, así como de todos los pecados cometidos por sus ancestros.

    Previamente habló con el inocente animal, le pidió permiso para matarlo y comérselo, explicándole que la finalidad de todo ello era la curación de su árbol genealógico. Dice que entonces comprendió que en realidad no es malo matar a un animal para comérselo: había sido vegetariano casi toda su vida.

    Al accionar el gatillo y ver desplomarse la bestia, estuvo cerca del desmayo. Una vez muerto se dio un baño con su sangre, cortó sus testículos para realizar una ceremonia. Los cocinaría para su padre y los comería junto con él, asumiendo en nombre de todos sus ancestros, una virilidad espiritual sin precedentes y un respeto por todos los seres que le antecedieron. Era un poderoso y efectivo acto terapéutico y teatral.

                Al terminar de escribir las últimas frases de este trabajo, también yo medito y envío desde mi corazón, las mejores energías y rayos de amor para mi hermano Rodolfo, para mis padres, tíos, abuelos y todos aquellos quienes estuvieron antes que yo. Trabajando cada día por purificar  mi árbol genealógico, esforzándome con todo mi ser para que tampoco vuelva haber ángeles, querubines, serafines ni jesucristos, desaparecidos o asesinados prematuramente dentro de mi propio clan.

    martes, 11 de septiembre de 2012

    DONDE EL MAL NUNCA TE PUEDA TOCAR


    DESCARGA GRATIS MI ÚLTIMA NOVELA: link al final del texto
     
     
     
     
     
    Donde el Mal nunca te pueda tocar, es una novela antropológica, fruto de una investigación de más de 6 años de trabajo de campo en el Norte de Jalisco. A lo largo de los cuales se entrevistó en profundidad a cinco informantes: tanto Hombres de Poder como jóvenes aprendices de maracames, incluyendo una mujer. Tiempo en el cual viví y laboré como psicólogo en aquella zona de la Sierrra Madre Occidental.

    Se encuentra actualmente albergada el la Biblioteca virtual latinoamericana: namaste books.

    Cuenta la historia de Yhajaira, una teibolera con dotes de vidente y bruja, quien a toda costa busca abandonar la vida de la farándula y dedicarse a la medicina tradicional y la magia, siguiendo los pasos de su madrina: una anciana curandera de la zona costera de Guerrero. También del Antropólogo, un racionalista, apátrida, quien sufre de impotencia sexual, y quien recorre ancestrales rutas indígenas no sólo tratando de reconstruir un antiguo conocimiento precolombino, sino buscando secretamente la cura a todos sus males.

    En algún punto, ambos personajes se encontrarán y se sumergirán en una milenaria ruta sagrada, surcada desde mucho tiempo atrás por antiguos caminantes nahuatls del Occidente de México.

    Puedes descargarla gratuitamente en el siguiente link, dando doble click en Download:
     

    lunes, 3 de septiembre de 2012

    EL TAROT Y EL CUARTO CAMINO

         
    TOTH O HERMES TRIMEGISTO
     

     

    No es necesario que los libros se guarden ocultos.

    Pueden ser accesibles a todos y sin embargo

    permanecer ocultos para quienes no saben leerlos.

    Y libros como estos existen en todos los países y en todos los pueblos.

     

    (PIOTR OUSPENSKY –Un Nuevo Modelo del Universo)

     

     

    Dedicado a Rodolfo Cuéllar, mi amado hermano,

    gran tarotista, cantante y violinista. Quien voló de este mundo

    prontamente.

     

    1.    Naturaleza hermética de los libros sagrados

     

    El Tarot es un Libro Sagrado, del mismo modo que la Cábala, El Eneagrama o los Evangelios. La particularidad de los libros sagrados es que son modelos a escala del universo: lo contienen en totalidad, como gota al océano. Por lo mismo, es posible, con la guía y las indicaciones precisas, entablar diálogo con ellos y encontrar respuestas a cualquier cuestionamiento que se les realice. Los Libros Sagrados no han sido creados por una sola mente ni por un solo hombre, como el caso de una novela o un ensayo, que son los modelos bibliográficos más conocidos hoy en día, sino por una larga tradición, en muchos casos milenaria, que los ha ido enriqueciendo y custodiando a lo largo de siglos. Sobre todo, una escuela esotérica discreta, la cual resguarda las claves y los secretos para ingresar en sus profundidades. Revelándoselos exclusivamente a aquellos que están listos o verdaderamente dispuestos a recibirlos.

                Se dice que si un individuo estuviese prisionero, aislado o extraviado en el desierto, pero contase con su Tarot o con un Eneagrama dibujado en la arena, sabiéndolos utilizar apropiadamente, podría adquirir todos los conocimientos necesarios para convertirse en sabio por sí solo.

    En el Medioevo se les llamaban Máquinas filosóficas, las cuales servían para realizar planteamientos sin límite, obteniendo una retroalimentación profunda y las consiguientes respuestas claves, largamente buscadas por los iniciados. Como si estos denominados Libros Sagrados, tuviesen la facultad de hacer entrar a sus lectores en contacto con información proveniente de un sistema organizativo más amplio que en el que usualmente nos movemos los humanos ordinarios. Acceder a una dimensión invisible: la cuarta.

    El psicólogo Piotr Ouspensky atribuye a Raymundo Lulio, el jesuita y alquimista, la creación del primer modelo de Máquina Filosófica del cual derivó con posteridad el Tarot.

                Por otra parte, la discípula de Carl Jung, Sally Nichols, adjudica la autoría del Tarot a una secta desviacionista y pagana del Medioevo, cuyos seguidores, al verse perseguidos por la Inquisición, decidieron plasmar sus enseñanzas y sabiduría en un aparentemente inofensivo mazo de cartas. De tal manera que podían engañar a los obispos e inquisidores católicos, comunicándose entre sí, transmitiendo perturbadores secretos a sus adeptos, aparentando que simplemente jugaban a las cartas frente a sus perseguidores. Según ésta psicóloga, el Tarot poseería una antigüedad de poco más de seis siglos.

                Las cartas comunes y corrientes que se conocen hoy en Occidente son una derivación del Tarot, sobre todo del de Marsella, cuyos orígenes son medievales.

    2. El Libro de Toth o Hermes Trimegisto

    Otras hipótesis relacionan al Tarot con el Libro de Toth: un conjunto de tablillas que formó parte de la Biblioteca de Alejandría, la cual fue destruida en un devastador incendio ordenado hacia el siglo IV por el emperador romano Aureliano cuando invadió la ciudad, con el apoyo de un grupo de egipcios cristianos, quienes deseaban destruir a toda costa los antiguos libros prohibidos que poblaban aquel recinto, por resultar contrarios a la ya institucionalizada Iglesia Católica. Se dice que ciertos sabios y sus seguidores lograron sustraer algunos importantes materiales antes que las llamas lo arrasaran todo.

    Esta hipótesis no nos parece descabellada. Siguiendo las enseñanzas de Piotr Ouspensky, el Tarot sería presumiblemente un libro aún mucho más antiguo que la Edad Media, proveniente de una civilización paleolítica.

    Toth sería el nombre egipcio de Hermes Trimegisto: un semi-dios griego de la sabiduría, mitad hombre y mitad divinidad, quien también correspondería a la persona del profeta Abraham, e incluso a un sabio que vivió en Egipto durante un periodo anterior al Diluvio Universal. Toth o Hermes, vendría siendo la reencarnación de todos ellos. Quizá se tratase de una escuela esotérica de iniciados que ostentaron y cuidaron las enseñanzas herméticas desde tiempos inmemoriales bajo el nombre de Hermes. Hoy en día poseemos muchos datos para considerar que por ejemplo el autor de la Ilíada y la Odisea no fue un solo hombre, sino toda una escuela que se conoció antiguamente como los Homéridas, dedicados a recitar y conservar sus versos. Evangelios como el de Marcos, atribuidos antiguamente a una sola persona, en realidad también fueron escritos por decenas de iniciados pertenecientes a una secta, la mayoría de ellos probablemente mujeres: las Marcas. De igual manera, existen muchas posibilidades de que el nombre de Hermes Trimegisto no se refiera a un individuo aislado o a un personaje único, sino a toda una tradición de sabios y discípulos que salvaguardaron las enseñanzas herméticas durante milenios.

    En las civilizaciones paleolíticas o pre diluvianas, la escritura no era alfabética, como la conocemos mayoritariamente hoy en día, sino ideográfica e icónica, es decir, que transmitía sus enseñanzas sobre la base de imágenes y sobre todo de símbolos. La escritura alfabética occidental es la más difundida y conocida en nuestra cultura: se sustenta a partir de letras que representan sonidos, palabras y frases. Contrariamente, el Tarot, aunque tiene algunas cuantas palabras plasmadas en sus arcanos, es igualmente un libro, pero escrito en lenguaje icónico: de imágenes. La palabra esoterismo hace referencia a aquellas enseñanzas que son transmitidas a través de símbolos.

                La Biblioteca de Alejandría estaba constituida no sólo por pergaminos y libros de cuero y papel, semejantes a los nuestros, sino por conjuntos de tablillas cuya totalidad también constituía libros, sólo que de carácter muchísimo más antiguo, como el Libro de Toth o el Corpus Hermeticum, ambos atribuidos a Hermes.

                Es probable que en sus inicios más remotos el Tarot, en lugar de ser un mazo de cartas, estuviera constituido por un grupo de tablas de arcilla labradas con las imágenes de los arcanos. Más aún, Ouspensky sugiere que cada uno de los arcanos representaba la estación de paso de una olvidada ruta compuesta por diversos sitios sagrados, correspondientes a las actuales cartas, donde alguna vez existieron esfinges, dólmenes y monumentos paleolíticos que hacían referencia a los arcanos de nuestro Tarot.  Según este psicólogo, los iniciados debían recorrer un camino sagrado a través de Oriente Medio o de la Europa de la Edad de Piedra y Bronce, transitando de un arcano y de un sitio geográfico sacro a otro, conforme ganaban en poder espiritual, madurez y conocimiento.

                De ser una ruta espiritual señalizada con símbolos, con el paso de los siglos, las migraciones, los cambios culturales y los desastres naturales, el Tarot se transformó paulatinamente en un conjunto de tablillas que marcaban los grados y las etapas de la evolución del espíritu: un mapa del crecimiento del alma, tal como se le conoció en Alejandría, para terminar en nuestros días convertido en un mazo de cartas.

    3. El Tarot como vestigio y síntesis de un ancestral rito de iniciación

    Siendo de esta manera, cada una de las series de los arcanos del Tarot, constituiría una fase antigua de un ancestral rito por el cual tendrían que transitar los iniciados conforme recibían cierta preparación y adquirían determinados conocimientos cada vez más complejos y de profundidad creciente. Si lo seguimos desde los Ases y los Unos, pasando por las Sotas o Mozos, las Reinas, los Reyes hasta llegar a los Caballeros, abarcando la totalidad de los arcanos menores: Copas, Bastos, Espadas y Oros, nos encontraríamos con las primeras etapas del desarrollo espiritual del ser humano. Plenas de apegos, espejismos, egoísmos, envidias, codependencias, etc. El equivalente a lo que los sabios de la India denominan Maya: la cárcel de la ilusión del mundo en la que vivimos atrapados casi todas las personas.

                Según el Tarot, el primer tipo de hombre es como un niño, alguien muy joven, o en el peor de los casos, si no se ha desarrollado siquiera un poco: un esclavo mental. Como la Sota, el Valet o el As. Estos arcanos son el principio del viaje, el inicio de cualquier cosa. Se trata de alguien quien aún no piensa por sí mismo, dedicado a obedecer, a complacer a los demás y a hurtar o tomar prestadas ideas de los otros para luego creer que son originales. La mayor parte de la humanidad no posee ideas propias. Grandes cantidades de hombres permanecen la mayor parte de su vida, e incluso mueren, en la fase más primitiva: bajo el influjo hipnótico de Maya y el sueño lunar: totalmente dormidos y subyugados por las apariencias del mundo.

                Un segundo tipo de hombres es representado por la Reyna: mucho más capaces de tomar algunas decisiones y con un poco de libertad, la cual en ocasiones no han tenido que buscar conscientemente. A veces alguien se las ha obsequiado, quizá se las heredaron. En éste estadio del desarrollo la persona se encuentra aún sometida bajo el influjo total de la figura materna. Dominado por ella. Representa a alguien con ciertas concesiones y libertades, empero, dormido en sus laureles, incapaz de renunciar a sus comodidades y privilegios. Como la define Piotr Ouspensky: una personalidad que se quedó estancada en su desarrollo, aunque en algún momento pudo crecer y liberarse, cuyas posibilidades se perdieron ya por completo.

                El tercer tipo de hombre corresponde  al Rey, quien ha tenido que luchar y no pocas veces a muerte, por defender o ganar su reino. Son un poco más dueños de sí mismos y de su espacio, en contraste con la Reyna, el Valet o la Sota. Ha hecho un trabajo emocional nada exento de sufrimientos, los que le han fortalecido. Posee bastante fuerza, aunque puede seguir estando influido por el peso de la figura masculina. Todo lo que ha conseguido lo puede perder todavía, sobre todo con las acciones de otro Rey rival, con quien eventualmente le sería difícil negociar o dejar de rivalizar. De hecho, aún se encuentra en conflicto con la figura del padre y este es su principal punto débil, a pesar de todas las concesiones y facultades obtenidas.

                De pronto, se llega por fin a una fase posterior del rito de iniciación. El Caballero del Tarot representa a la persona que ya emprendió su camino espiritual, comenzó a pensar por sí mismo, dejando de ser un esclavo mental, confrontó y venció a la Reyna y al Rey, a quienes a pesar de todo respeta y ama: reconciliándose y trascendiendo su relación con la figura materna y paterna. El caballero se encuentra listo para abandonar el nivel superficial de los arcanos mayores. No lo seducen ni el poder, ni el dinero, no lo domina el sexo, ni las religiones, ni las filosofías, aunque conoce un poco de todos ellos, los cuales están representados por las Espadas, las Copas, los Bastos y los Oros. No odia ni se confronta con las figuras de autoridad: sean estos hombres o mujeres, pero tampoco sucumbe bajo su seducción y autoridad.

    5. El Viaje Iniciático de los Arcanos Mayores

    Un buen día, el Caballero se cansa de estar vinculado o unido a cualquier Rey o reino. Es el momento de dejar de dar cuentas a alguien y gobernarse solo. Todo aquel que ha abandonado la seguridad de un empleo estable, de una iglesia, de una institución o de una familia, arriesgándose para sobrevivir por su cuenta propia, se refleja en él. El peso de sus utensilios bélicos lo agobia, comprende que si desea crecer, deberá renunciar a todo. Se despoja de su armadura y de su equipo de guerra para iniciar el verdadero camino, que apenas comienza. Encontró a un perro por el camino y se lo hizo amigo: en un futuro próximo el animalito lo ayudará para aprender a dejarse guiar por sus instintos. Hasta entonces ha trepado por una larga escalinata, creyendo que pronto se acercaría a su objetivo, empero, el trabajo real sobre el denominado Cuarto Camino: el Camino del Espíritu, apenas comienza. Este caballero se encuentra listo para convertirse en el Loco: el arcano número 0 del Tarot.

                Se ha llegado al Nivel de los Arcanos Mayores, a partir de aquí todo es distinto.

    La descripción del los Arcanos Mayores  que se realizará a continuación se encuentra basada en la psicología del Tarot de Piotr Demianovich Ouspensky, el principal vocero del Cuarto Camino. Tomada de su libro: Un Nuevo Modelo del Universo, en donde ahonda ampliamente en el tema. No es muy sabido que el mago Gurdjieff, su maestro, practicara cotidianamente la lectura del mismo, pero sí que conocía ampliamente de él. En sus diálogos con Ouspensky, contenidos en el libro: Fragmentos de Una Enseñanza desconocida, lo menciona de pasada. También en el libro escrito por la propia mano de George Gurdjieff: Relatos de Belcebú a su Nieto: Tomos 1 y 2.

    5.0 Los Arcanos Mayores desde la perspectiva del Cuarto Camino:

    5.1 El Loco: Jodorowsky lo llama en francés Le Mat: El Loco. Piotr Ouspensky lo conoce como El Bufón. Su figura es en apariencia maltrecha, empero, bajo ella oculta su poder espiritual y  su visión  del verdadero camino que nadie como él posee, aunque finge no tener rumbo. Ha abandonado todo lo material e incluso sus relaciones sociales para emprenderlo, acompañado únicamente por su perro, y en algunas cartas de antiguos mazos de Tarot, por su violín.

    5.2 El Mago: Es el iniciado que sigue buscando, experimentando todo y de todo. Da un paso más allá que el Loco, pues se atreve a intentar cualquier cosa. Comienza a adquirir confianza y a irradiar una cierta luz. No necesita espectadores, comienza a ser independiente de los juicios de los demás.

    5.3 La Papisa: También conocida por Ouspensky como la Gran Sacerdotisa. Es el primer Misterio que se devela para el iniciado o para el buscador. El Misterio Femenino. Si logra asimilarlo y comprenderlo, el buscador ganará gran poder, pues al tenerla como aliada, conocerá y comprenderá a todas las mujeres del mundo. ¡Existen tantos hombres incapaces de asimilar y entender el poder femenino, y que a pesar de ello se sienten tan sabios! Pobres de ellos.

    5.4 La Emperatriz: Es el Aliento de la primavera, la máxima expresión de fortaleza y poder femenino, es el principio vital femenino que habita y alimenta a todos los seres, el hálito que cura y anima a los enfermos, o que revive a los moribundos. Ella posee una gran fortaleza femenina que puede curar, reconciliar, perdonar, pero también subyugar con su poder. Tiene la facultad de sanar o por otro lado, de castrar a los hombres.

    5.5 El Emperador: Al llegar a él se comprende por fin la Ley de Cuatro: el equilibrio del Todo. Alguien que puede poseerlo todo, o que de hecho ya lo posee. Él es la acción, la resistencia, la consumación y el resultado. Para él no hay misterios ni límites en la tierra, imposibles de resolver o superar.

    5.6  El Papa: Su nombre original era el Hierofante, que corresponde al sumo sacerdote de un culto secreto en el antiguo Egipto. Lo que sugiere los orígenes milenarios, muchísimo más atrás de la Edad Media del mazo del Tarot. Además de las conexiones del mismo con ancestrales ritos de iniciación y de crecimiento espiritual, de las que se ha hablado con anterioridad. El Hierofante representa el punto de intersección entre el mundo ordinario y la visión profunda de la escuela esotérica, por completo distinta de la mundana. El Hierofante habla mediante alegorías: un lenguaje hecho para ser entendido sólo por aquellos que verdaderamente lo desean escuchar.

    5.7 Los Enamorados: Ouspensky la nombra: La Tentación. Jodorowsky la llama: Los Enamorados. En ella se presentan bastantes misterios espirituales: duendes, hadas, súcubos, íncubos. Se comprende el misterio del equilibrio universal, el porqué de la existencia de tantos seres tan diversos, incluyendo a los del bajo mundo; el contraste del bien y del mal. “Así como es arriba es abajo” como decía Hermes Trimegisto. Está comprensión nunca va exenta de un intenso sufrimiento, gracias al cual se gana en visión y se resucita espiritualmente. Se empieza a entender la conexión de uno con todos aquellos seres distintos, pese a sus diferencias.

    5.7 El Carro: Representa al conquistador que no se ha conquistado a sí mismo todavía. Él alberga la voluntad de saber, de hacer y de ser, pero puede quedarse a pesar de todo en las puras buenas intenciones.

    5.8 La Justicia: Ella todo lo coloca en la balanza. En antiguos mazos de Tarots se le llamaba La Verdad. El resultado de la balanza dará a cada cual lo que le corresponda, para bien o para mal, hacia adentro o hacia afuera. Ella también habla del desarrollo de la facultad de comprender profundos misterios y símbolos. No por nada, la comprensión de una verdad sobreviene tras un duro proceso de sufrimiento y purificación.

    5.9 El Ermitaño. Representa al hombre que ha sido, como Cristo, capaz de ir al desierto, enfrentar a su sombra y a sus demonios y regresar triunfante. Él ayudará y saldrá al encuentro, en el momento preciso, de aquellos que también hayan iniciado el viaje y se encuentren cruzando por difíciles desiertos. Se trata de un personaje que ha abandonado toda búsqueda exterior, enfocando sus fuerzas hacia el descubrimiento de sus tesoros internos.

    5.10 La Rueda de la Fortuna: Encaja con el proceso universal: todo va, todo viene, todo vuelve, todo se aleja y después regresa. La vida es un ciclo, un río con diversas y similares aguas.

    5.11 La Fuerza: Representa una tranquilidad tras un largo proceso de cambios y sufrimientos, la bestia interior se ha dominado, como en esta carta, en donde una mujer pase serena con un león, acariciándolo. A diferencia con El Carro, la carta anterior, aquí se han subyugado y dominado los impulsos internos. A este nivel se ha asimilado el hecho de que no hay nada más poderoso que la fuerza del amor.

    5.12 El Colgado: A pesar de que ha sufrido enormes tormentos, él es el hombre que ha visto la verdad. Cuando un hombre vislumbra el camino de la eternidad, también encuentra enormes sufrimientos. Es el dolor y el terrible malestar existencial de comenzar a ser un hombre despierto.

    5.13 La Muerte: Aquí la Rueda de la Fortuna con sus cambios y sus sucesivas muertes, sigue girando. Se habla literalmente de aquella frase del Evangelio tan mal entendida: “hay que morir para vivir…”. Es el ocaso de un punto y el amanecer de otro: el inicio de un ciclo y el comienzo de otro nuevo.

    5.14 La Templanza: Quien ha sobrevivido y trascendido a la muerte, se ha templado, como el mejor acero. A partir de ella se comprende uno de los mayores misterios con todo el ser: la relatividad del tiempo. Nada envejece, nada muere, nada nace. Se dice que los ángeles son seres quienes han tenido que pasar por todo el camino espiritual anteriormente descrito por los arcanos. La templanza haría referencia a un ser que se ha purificado al punto de casi convertirse en ángel o ya serlo.

    5.15 El Diablo: La contracara del ángel de la Templanza es Belcebú, o el Diablo. Representa una de las tentaciones más grandes con las que se debe enfrentar cualquiera que desee crecer espiritualmente. El lado oscuro que todos tenemos. El que es incapaz de enfrentarlo, conocerlo, asumirlo y escuchado, en algún momento será devorado y arrastrado por Lucifer. El que se deja seducir, también será destruido. Sólo aquel que pueda escucharlo, aprender de él y a la vez ver más allá sin perder la luz de su sendero, podrá derrotarlo o convertirlo en su aliado.

    5.16 La Torre: Por medio de ella se disuelven todos los engaños, todas las confusiones y mentiras se esclarecen. Es el surgimiento del verdadero Yo, aquel que tanto buscó el iniciado que surgiera dentro de sí mismo. Es la Torre de Dios, el Dios interior, la Divinidad Personal. Cuando emerge, derrumba todas las mentiras y falsedades.

    5.17 La Estrella: Es la estrella que guió a los pastores, a los reyes magos y a cualquiera que sepa encontrarla, o que sea ayudado a encontrarla. Ella es la imaginación de la naturaleza, los sueños de la naturaleza. Cualquiera que pueda vislumbrarla, comprenderá que no es un ser único, ni aislado, sino que es parte indisoluble de un ser o un sistema muchísimo más grande y consciente.

    5.18 La Luna: Ante el buscador, inevitablemente, se abren de pronto dos caminos: uno lo puede guiar hacia el siguiente punto, haciéndolo crecer y continuar con su desarrollo. Otro lo podrá arrastrar de regreso, igual que El Diablo, o enloquecerlo si no sabe superarlo y seguir adelante.

    5.19 El Sol: Él es la mayor expresión de la palabra Fuego, es capaz de calentar a quien sepa acercársele, brinda vida, enciende, cura, consuela. La imagen mayor del principio masculino.

    5.20 El Juicio. Del mismo modo, antiguamente se la nombraba: La Resurrección de los Muertos. Con ella se comienza a comprender el misterio de la muerte, el nacimiento, la resurrección, el bien, el mal y el tiempo. Es la culminación de cartas cíclicas y complejas anteriores como La Muerte, Los Enamorados, La Rueda de la Fortuna, la Templanza, etc.

    5.21 El Mundo: Es un enorme círculo, un mandala gigantesco que abarca a todo el Universo. Es aquello que siempre se ve, que todo el tiempo está frente a nosotros, pero nunca comprendemos. Aquí se han caído las máscaras y velos que impedían mirar las cosas tal como son.

    6. EL TAROT Y EL CUARTO CAMINO

    Se dice por los seguidores del Cuarto Camino, que para llegar a él, previamente se tuvo que estar fuertemente desilusionado de la razón, la fe, la iglesia, la familia, de Dios, de la ciencia y de cualquier institución y forma de consuelo que encuentran la mayoría de los hombres para mantener y perpetuar su sueño.

                En este punto, con la ayuda precisa, el Tarot puede convertirse en un instrumento que colabore para el desarrollo de una poderosa intuición y de la capacidad de percibir más allá. El Tarot puede contribuir a desarrollar un pensamiento que trabaje en complejos mucho más amplios, a pensar en otra dimensión y percibir aquello que se encontraba oculto bajo el velo ilusorio de Maya.

                Como se ha dicho, el Tarot resume los tortuosos pasos de un ancestral rito, proveniente del paleolítico, en el cual se tenía que cubrir grandes distancias y transitar de un estadio a otro del desarrollo del espíritu. Cada uno de sus arcanos o cartas representa el punto de paso de antiguas estaciones donde solían detenerse los buscadores e iniciados cuando peregrinaban en busca del camino de sí mismos, simbolizando el grado de desarrollo que habían logrado antes de llegar hasta allí.

                Existe una diferencia sustancial y radical entre las lecturas de Tarot que se utilizan con fines adivinatorios y que no hacen más que contribuir a una mayor alienación y acrecentamiento del sueño de la conciencia. Dándole a la gente nada más que lo que quiere escuchar. Empero, bien leído y con ciertas claves y fundamentos psicológicos adecuados y precisos, contrariamente, el Tarot puede colaborar en el despertar y en avivar la mente, mostrándole luces y senderos que previamente no se era capaz de percibir.