El Padre Nuestro puede
tomarse como ejemplo
de un problema insoluble.
Fue traducido a todos los
idiomas, aprendido de memoria,
repetido diariamente. Pero
la gente no tiene la más ligera idea
de lo que realmente
significa.
Este fracaso en entender su
significado, está conectado
con nuestra incapacidad
general para entender el Nuevo Testamento.
El Nuevo Testamento es un
ejemplo de Arte Objetivo, es decir,
el trabajo de la Mente
Superior.
(PIOTR D. OUSPENSKY –El Cuarto Camino)
La Palabra Eón significa
era o gran espacio de tiempo,
sin embargo, en el
gnosticismo es la inteligencia eterna
emanada de la Divinidad
Suprema.
(VEET PRAMAD –El Tarot Terapéutico)
El Todo es Mente. El
Universo es Mental.
(EL KYBALIÓN)
1. El Perdón y el Autoperdón mediante un Ajuste Interno de Cuentas
En
una de sus últimas conferencias en Londres, hacia el final de su vida, el
psicólogo Piotr Ouspensky explicaba a sus alumnos el significado esotérico del
Padre Nuestro. Según sus palabras, tanto el Padre Nuestro como los Evangelios o
el Nuevo Testamento, eran ejemplos de lo que antiguamente se conocía como Arte
Objetivo. El Arte Objetivo, o lo que queda de él, es el Arte diseñado para
transmitir mensajes profundos que conectan a los seres humanos con los
Misterios del Universo. Esta transmisión era realizada mediante símbolos
abstractos. Su finalidad por una parte, era pedagógica, servía para enseñar y
recordar a las personas los valores universales. Conectarse con sentimientos
profundos provenientes de niveles energéticos superiores. Como ejemplos de Arte
Objetivo, según Ouspensky, tenemos precisamente: El Padre Nuestro, El Nuevo
Testamento, La Esfinge de Egipto, Las Pirámides y algunas Catedrales del mundo.
Agregaríamos como ejemplo de Arte
Objetivo, también los diseños y significados internos de los Arcanos del Tarot.
Hipotéticamente,
según las palabras del psicólogo ruso, el Arte Consciente habría sido pensado y
practicado por personas pertenecientes al Círculo de la Humanidad Consciente:
gente que en algún momento logró evolucionar y dar un vuelco espiritual para
renacer, dejando a la posteridad un legado para que otros, los que supiesen
escuchar o ver, siguiesen su camino de crecimiento. Mediante textos sagrados,
ciencia y literatura hermética, monumentos, arquitectura sacra, etc. De la cual
quedan ya muy pocos vestigios y con quienes prácticamente hemos perdido casi
todo tipo de conexión en nuestros días.
Según
Ouspensky, el Padre Nuestro estaría dividido en variadas claves que es
necesario fragmentar, codificar y analizar para acceder a su significado
profundo:
1. “Padre Nuestro que estás en los Cielos.” “Santificado sea tu nombre…” –Esta primera entrada
consistiría en dirigir toda la atención hacia el lugar en donde se encuentran
las energías más elevadas del Universo: hacia El Cielo, los Astros, el Absoluto,
el Universo como Globalidad, de donde provienen los niveles energéticos más
puros y finos. Con los que los hombres debemos entrar en conexión para florecer
internamente.
2. “Venga a nosotros tu reino. Hágase tu Voluntad, así en la Tierra como en
el Cielo…”
–Se hace en ella referencia al lugar en que nos encontramos los simples
mortales: La Tierra, un punto muy lejano y distante de las alturas del Cosmos,
al que no de manera fácil se tendrá acceso desde nuestro planeta, más que
mediante un trabajo de purificación interior y un enorme esfuerzo de ascensión.
También se habla de la necesidad de conectarse, desde donde nos encontramos: en
la Tierra, con los niveles superiores de consciencia: Los Cielos. Eso
implicaría acercar la Tierra con los Cielos.
3. “Danos hoy nuestro pan de cada día…” -Se refiere al alimento celestial, al maná,
que hay que saber solicitar al Cielo. Es la cantidad de energía pura o de luz,
que los hombres requerimos cada día para conectarnos, aunque sea un poco, con
niveles elevados de consciencia. Se consigue mediante meditación, arte sagrado,
respiraciones purificadoras, actos de recordarse a sí mismo, la oración,
precisamente; caminatas sagradas, determinados rituales para limpiarse
energéticamente, etc.
4. “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden”. -Aquí
aparecería la necesidad de realizar un Ajuste Interior. Nadie puede perdonar
realmente al otro, enseña el Cristianismo Esotérico, cada quien debe perdonarse a Sí Mismo. Para
lograr la purificación y el crecimiento espiritual, es menester haber saldado
las cuentas internamente: perdonarse a sí mismo verdaderamente de todas las
fallas, así como perdonar de corazón a quienes nos hayan lastimado. Llegar a un
punto en que en el centro del ser, se sienta de una manera muy sincera, que no
se le debe nada absolutamente a nadie, ni tampoco nadie nos debe nada.
En
este punto entra en escena el Arcano Número 8 del Tarot: La Justicia, como se
le conoce en la mayoría de los Tarots comunes. Este arcano simbolizaría y
condensaría precisamente, el proceso íntimo de saldar las cuentas internas y
externas, purificando, rompiendo con el pasado histórico del espíritu,
liberándolo de las ataduras que le petrifican con sentimientos de culpa, deudas
y reproche hacia sí mismo y los demás. Nos invita a llegar a la conclusión de
que no debemos nada y tampoco nadie nos debe a nosotros nada.
2. El Ajuste y la Justicia
El
Arcano número 8 del Tarot (La Justicia) posee variados niveles de
interpretación, a la vez muy diferentes pero conectados entre sí. El primero de
ellos se refiere a las Justicia Universal, en donde los intereses de las
voluntades individuales de los simples mortales, poco tienen que ver con lo que
desde el punto de vista de la Totalidad del Universo resulta Justo. La muerte
incomprensible de alguien, las guerras, matanzas, pobreza. Sería fácil llegar a
la conclusión de que Dios o el Universo, no es benévolo ni justo.
Hacia
el final de la Edad Media, en la época de Martin Lutero, un razonamiento de
este tipo llevo a millones de cristianos a cuestionar los dogmas católicos y
convertirse al protestantismo. Bajo la convicción de que el Dios de la Iglesia
Católica era injusto e incluso despiadado al permitir la existencia de tantas
muertes, pestes, pobreza, injusticia y explotación. Metiéndose a una
"nueva religión" más racionalista con la esperanza de encontrar un
Dios "más bueno", cayendo en la trampa de una nueva terminología más
abstracta pero igualmente enrfermiza y esclavizante.
Sin
embargo, si lográsemos elevar un poco nuestro nivel de comprensión y
consiguiésemos ver aunque sea por un instante la justicia desde una perspectiva
del Universo como un Todo, entenderíamos el lugar tan ínfimo en que nos
encontramos en el Planeta Tierra. Desde donde las influencias del Cielo resultan
demasiado indirectas, lejanas e incomprensibles.
Algo
que para nuestros pequeños juicios es injusto, desde una Perspectiva Global y
Universal es bastante justo. Inclusive necesario para que aprendamos y elevemos
nuestro nivel de consciencia.
El
mago y escritor Aleister Crowley denominó a este mismo arcano como El Ajuste,
en contraste como era conocido en Tarots tradicionales. El Ajuste tiene que ver
con los acomodos que realiza constantemente el Universo, por una parte, en
donde algo que parece totalmente incomprensible desde una mirada personal e
individual, visto desde la perspectiva del Todo Global, se comprende su
finalidad última y su razón de existir. Demostrándonos su sabiduría cuando se
entiende la razón de ser de muchas cosas difíciles de asimilar. Si se ajusta
algo desde el punto de vista del Espíritu, quiere decir que nada en la
naturaleza, ni en el universo estará jamás desequilibrado o fuera de lugar.
Todo lo que sucede tendrá un porqué y una razón para existir.
El
Ajuste invita también a irse preparando para la muerte y resurrección
espirituales. La paz interna sólo puede ser conseguida mediante la operación de
saldar todas las cuentas: las propias y las que se tiene con otros. Una de las
cosas que más roban energía en la vida es la sensación de que Dios, la vida, o
los otros nos deben algo. La verdadera tranquilidad espiritual no llegará sino
hasta que todas esas cuentas pendientes: lo que uno ha hecho y lo que nos
deben, quede saldado en nuestro corazón para siempre.
A
este arcano le corresponde el número 8. En la numerología tradicional el 8 es
el número de la completitud: nada le falta ni le sobra; lo masculino y lo
femenino quedan perfectamente equilibrados y los opuestos superan sus
diferencias con él. Todo gracias a la operación de Ajuste Interno, propiciado
por el Universo, pero efectuado por las personas que desean evolucionar en
consonancia con él y saldan sus cuentas con sigo mismos y con los demás.
3. El Eón y la Resurrección de los Muertos:
El
Arcano número XX del Tarot conocido en
la mayoría de los Tarots más comunes como el Juicio, sufrió muchísimas
modificaciones a lo largo de las décadas y los siglos.
Su
energía sigue en armonía con el número 8 del que se hablo anteriormente. Nos
parece que existe un salto cuántico directo entre el Arcano 8 y el XX que es el
juicio. El primero implica una dobre estabilidad: 4 más 4 = 8. El segundo una
doble muerte: 10 más 10, o X más X = 20. Ambos son números pares. Ambos
requerirían realizar un doble ajusto interior y externo a la vez. Al realizar
el Ajuste Interior exigido por La Justicia, estaremos preparándonos para la
serie de muertes espirituales consecutivas que demandarán arcanos posteriores y
más poderosos energéticamente: El Hermitaño, El Colgado, La Muerte, El Diablo,
La Luna. Y principalmente la muerte espiritual y renunciación sobrevenida en el
XX, o el Juicio.
El
mago Aleister Crowley al estudiarlo, descubrió que había sufido demasiadas
modificaciones de la energía original con que fué transmitido a los hombres.
El
Dr. Moore en su Tarot Egipcio, rescatándolo un poco de la multitud de
interpretaciones personales y subjetivas
que sufrió, sobre todo por los autores del Marsella y del Ryder White, denominó
a esta carta: La Resurrección de los Muertos. Se dice que antiguamente ese era
de hecho su nombre originario. Crowley le cambió completamente el título,
llamándolo: El Eón. Más adaptado según él al concepto primigenio de los Tarots
más antiguos.
Eón
es el término de un prolongado lapso de tiempo, en que una energía emergió,
tuvo su momento de clímax y luego terminó. El Universo y la Naturaleza se
encuentrán llenos de este tipo de procesos que brotan y luego fallecen. La vida
del hombre también sufre diversos nacimientos y muertes a lo largo de su
peregrinar. El arcano del Tarot de Toth de Crowley vendría a simbolizar el
nacimiento y término de muchos procesos y eras internas de cada individuo.
Su
energía simboliza la muerte y el renacimiento de un nuevo ser tras duras
pruebas y exámenes espirituales. Esta carta nos indica que la vida en este
planeta no es para nada un fín en sí misma, sino sobre todo una escuela a la
que venimos a prepararnos y entrenarnos en nuestro paso hacia nuevos planos
energéticos y de consciencia. De nuestra capacidad de saber renunciar y morir
psíquicamente en varias ocasiones cruciales, depende nuestro aprendizaje y lo
que logremos conseguir para una existencia futura.