MINDCONTROLNESS
“Se han hecho experimentos en los que
la energía de un enfermo se modifica
por la sola presencia de una persona
que se encuentre interesada en él”.
(PEYCHARD,
C. G. -Sanación: La Cura por las Manos)
“Existe un Poder que en manera alguna
está relacionado
con ese poder que es el Mal.
Este poder no es para ser comprado por medio del sacrificio,
de la virtud, de las buenas obras y
creencias,
ni puede comprarse con la adoración, las
plegarias
y la abnegación del yo o con las
meditaciones destinadas
a destruir al yo. Todo esfuerzo por ser
o llegar a ser,
debe cesar completa y naturalmente.
Sólo entonces puede existir ese poder
que no es el mal.”
(JIDDU
KRISHNAMURTI –Los Diarios Vol. 1)
1.
Hay
quien dice que su fundador era un monje japonés de finales del siglo XIX
llamado Usui, formado simultáneamente en las tradiciones del cristianismo y el
budismo zen. En algún momento en que fue consultado por sus discípulos acerca
de si era posible curar por medio de la imposición de manos, tal como hicieron
Jesús de Nazaret o Buda, entró en fuertes conflictos y cuestionamientos interiores, al
desconocer por completo si las curas milagrosas de la antigüedad efectuadas por
los grandes maestros e iniciados fueron verídicas o simples mitos.
Emprendió una profunda búsqueda que lo llevó a recorrer
todo Japón, China y Rusia Oriental, errando a través de templos budistas e iglesias
cristianas ortodoxas. Donde había escuchado que los popes, lamas y samuráis
curaban a sus seguidores por medio de la energía canalizada a través de las
manos.
Deambuló a lo largo de más de diez
años, entrevistándose con médicos tradicionales, sacerdotes, guerreros y
sanadores. Al parecer no encontró nada, en sus correrías fue llevado hasta los
Estados Unidos, en donde supuestamente se inscribió en cursos de teología y
psicología, en una universidad norteamericana. Cansado, tratando de olvidar su
búsqueda originaria y decepcionado de sus anteriores investigaciones que no lo
habían conducido a nada, se rindió.
Hasta que en un determinado momento,
cuando finalizaba sus estudios universitarios y no esperaba ya nada, le fue
revelado de un golpe todo el conocimiento, los movimientos, pasos y símbolos
del Reiki.
Por medio de iluminación o reminiscencia lograba
encontrar todo aquello por lo que sufrió y viajó durante tantos años.
2
La
información bibliográfica acerca de la historia del Reiki es incierta y
contradictoria. Algunos autores sostienen fehacientemente la existencia del
monje Usui, otros investigadores que por su parte se dieron a la tarea de
rastrear en USA la universidad donde se graduó el monje, no encontraron
vestigio alguno de su presencia en Norteamérica. Hay entre los especialistas en
Reiki, quienes incluso afirman que ni
siquiera existió la figura histórica de Usui, pero sí una tradición de cura por
imposición de manos y manejo de energía que se remonta a las más antiguas y
milenarias escuelas de India, Japón, el Cáucaso, China y Oriente Medio.
Lo que parecer ser un hecho al profundizar
no sólo en buena parte de la bibliografía existente sobre Terapia Reiki, sino
transitando por sus iniciaciones desde los niveles 1 hasta el 3, realizando
prácticas incansables y ejercicios para desarrollar la energía de las manos, es
la innegable influencia de variadas tradiciones místicas que confluyen en éste
arte-disciplina que hoy conocemos como el Reiki: el budismo zen, el
cristianismo primitivo, el judaísmo esenio, los mudras del yoga y el hinduismo
milenario, la digitopuntura y la medicina ayurvédica, etc.
El Reiki también posee sus
innumerables detractores y enemigos, pues plantea algo que en la psicología y
la medicina contemporáneas es impensable: la posibilidad del paciente de
curarse por sí mismo. O de sanar sin la intermediación de ninguna figura “científica”,
poseedora de la única verdad que le será “concedida” o rebelada para curarse,
teniendo que entregar a cambio fortunas en capital y sometiendo su personalidad
a la sumisa relación médico-paciente, tal como se conoce hoy, que en la mayoría
de los casos perjudica más al paciente al debilitar su voluntad y capacidad de
decisión. El Reiki y otra serie de terapias no oficiales, plantean que no existe otro camino posible para la
salud, más que el de decidir con todo el corazón curarse a uno mismo, aunque
requiera de la ayuda marginal de otros. La relación médico-paciente o
maestro-alumno, desde una perspectiva no occidentalizada ni capitalista, es
igualitaria y no jerárquica, la autoridad que emanan del terapeuta, médico o
psicólogo alternativo es moral, no utilitaria ni monetaria. Y el Reiki es una
muestra del equilibrio necesario entre médico y receptor, o paciente, para
sanar.
3
Para
ejercer el Reiki es necesario no sólo un dominio de los símbolos, nociones y
conceptos básicos desarrollados por los numerosos autores y terapeutas, que en
los últimos tiempos se multiplicaron y quienes compiten no poco entre ellos.
Pues con el auge de la Nueva Era (la Era de Acuario), ha proliferado un
semillero de sanadores, terapeutas auto nombrados, médicos alternativos etc. Resultando
la búsqueda espiritual un negocio muy rentable y no pocas veces banquete de
hienas.
El Reiki es sencillo en apariencia, pero también es uno
de los mayores ejemplos de la paciencia interior. Por lo que es difícil su
acceso a las masas y la comercialización de su enseñanza y terapias a granel.
Lo primero que debe preguntarse alguien quien desea
aprender Reiki es si posee un cierto don o carisma para impartirlo y sanar a
otros. El carisma y el don literalmente son innatos, es decir, que desde edades
tempranas en la vida de alguien se manifiesta su capacidad de contactar con la
energía y son claros los indicadores de si alguien puede dedicarse al Reiki o
no: gusto y facilidad por la música, identificación con los animales y las
plantas, capacidad de cuidarlos e incluso curarlos; empatía con los niños y los
ancianos, amén de los desprotegidos, inclinación por fenómenos de carácter
espiritual: sensibilidad mediante los sueños, videncia, comunicación con el Más
Allá, capacidad de escuchar a otros, de presentir eventos y anticipar sucesos y
reacciones emocionales, etc.
La sensibilidad innata que muchas personas poseen es
canalizada y entrenada mediante los ejercicios e iniciaciones del Reiki. Si alguien
ya poseía cierta receptividad hacia la energía, con la ayuda de sus maestros y
de sus propios descubrimientos y experimentos interiores con Reiki, puede
lograr ir sanando o ayudando a sanar a otros.
Por último, el desarrollo del Reiki requiere por parte
del terapeuta o canalizador, una conexión con una energía universal que se
encuentra presente en plantas, animales, personas y objetos, en mayor o menor
medida, dependiendo de su salud. Claro que los seres vivientes transitan por
estados energéticos de salud-vida, enfermedad en incluso muerte, cuando la
energía culmina su ciclo. Incluso los objetos y las casas tienen un alma, que
no es más que ésta energía que acumulan conforme habitaron personas y seres
diversos en ellos. O que a veces poseen por sí mismos sin una razón lógica.
Para impartir y desarrollar el Reiki es menester no estar
enojado, o saber por lo menos perdonar, no odiar y armonizar lo mejor posible
con el mundo. Desarrollar gradualmente una paciencia que en sí misma cura, que nos
enseña, que con ella y con persistencia. se puede lograr absolutamente todo lo
que se quiere en la vida.
Se decía del mago Gurdjieff que los niños, los perros y
los gatos lo seguían al encontrarlo por la calle, que atraía a sus seguidores y
discípulos seduciéndolos, incluso sanándolos únicamente con su presencia. Era
un claro ejemplo de alguien quien había desarrollado al máximo su capacidad
energética.